Editor, Cubaenelmundo.com
Los campos están divididos en cuanto a opiniones políticas o personales hechas públicas por individuos -- sobre todo si son conocidos y tienen cierta fama o si sus opiniones son observadas por el público y por muchos interesados en incrementar su preponderancia en el poder político, económico y social en esta sociedad fracturada, que se debate entre lo “poííticamente correcto” y la realidad diaria –comentada desde cierto tiempo a esta parte, con temor por las represalias, lo que comienza a hacer nulo lo garantizado por la Primera Enmienda sobre la Libertad de Expresión.
Cierto que se deben combatir las manifestaciones de racismo y discriminación por su nociva toxicidad en una sociedad multilingual, multicultural y multireligiosa. Nadie tiene derecho a practicar esta posición, que en el pasado produjo tantos y tantos daños a comunidades enteras, a pueblos enteros y que incluso dio pie a un Holocausto de un conglomerado humano laborioso e inteligente como fueron y siguen siendo los judíos.
Se ha hecho mucho énfasis en la práctica racial contraria a los judíos en la Alemania nazi, pero no se ha dicho toda la verdad ni sobre quiénes deben recaer las responsabilidades de lo que hizo su explosión de los años 30 a 40, en Alemania y en general en toda Europa. América no esta exenta en la repartición de esta responsabilidad pues en Estados Unidos la práctica, asumiendo otra cara, también se practicó la odiosa teoría racial. No hace mucho los judíos eran despreciados y discriminados en lugares tan cercanos a Miami, como en Miami Beach, donde prácticamente no podían moverse ni habitar. Y en general había un estado de opinión que condujo a retraer a ese grupo racial-religioso a su ghetto social -–palabra que casualmente tuvo su origen en la bota italiana. No es la única, “pogrom” es sinónimo de la Rusia zarista donde la persecución llevó a miles a emigrar a las Américas. Pero la “costumbre” tuvo sus raícesadicionales en Inglaterra, Francia, Holanda y otros países europeos.
Harto conocida es la expulsión en 1492 de los judíos -–que habían llegado a ser la crema intelectual y política— de España, donde incluso el Rey Católico Fernando de Aragón, esposo de Isabel la Católica de Castilla, se rumora tenía sangre judía, pero donde más pudo la ambición de apoderarse de sus riquezas reales o imaginarias que un fementido amor al prójimo prohijado por los susodichos Reyes españoles.
Los judíos no han sido los únicos en ser discriminados y perseguidos mundialmente. También lo fueron los negros que fueron expatriados de Africa por los colonialistas e incluso por tribus vecinas y enemigas que los vendían para ser esclavos. No fueron sólo ellos pues la práctica era habitual en la antigua Roma y Grecia donde los vencidos eran puestos a subasta por los vencedores. Esclavo viene de eslavo, pues éstos a su vez fueron aprisionados por los Romanos que los utilizaban en sus circos donde corria la sangre a borbotones ante la insaciable sed sanguinaria de los ciudadanos de la Roma imperial y de la seudo República romana, donde los derechos eran reservados a los ciudadanos romanos.
Los hispanos -–entendiéndose por ellos a los procedentes de América al sur del Río Grande y todos aquéllos que hablan el idioma de Cervantes-- han sufrido y aún sufren el estigma de no ser considerados blancos, aunque racialmente lo sean -–epíteto reservado en general a la gente procedente de Europa del norte y central, algo diluido pues ahora se consideran blancos a los europeos meridionales. Clasificación descabellada inventada por el gobierno federal -–no se sabe realmente con qué objetivo, donde los negros no americanos que hablan español son considerados por el Censo como hispanos y los negros nativos de EEUU reciben la clasificación como afroamericanos, pero donde se olvida que los “Boers” y sudafricanos blancos también son africanos pero no se les denomina afroamericanos, aún si han obtenido la ciudadanía estadounidense.
En varias ocasiones figuras reconocidas, blancos y negros, han sido criticados por sus “comentarios estereotipados” sobre los judíos y prácticamente -–si no han hecho un acto de contrición— se les niega la sal y el agua, aunque sus méritos intelectuales y logros culturales ameriten otra cosa. Si son lo suficientemente hipócritas para hacer un “mea culpa” publico pues se les pasa su falta. Ejemplos sobran: Jesse Jackson, Mel Gibson, Don Imus, etc.
A muchos les ha costado su puesto o su carrera un desafortunado comentario -–teóricamente protegido por la Primera Enmienda de la Constitucion de Estados Unidos, que garantiza la Libertad de Expresión.
Recientemente un hispano -–cubanoamericano le llaman ahora— Rick Sánchez, natural de Cuba pero criado en los EEUU en nuestro propio patio, en una entrevista radial dejó ver su opinión de que los judíos no eran una minoría discriminada en los EEUU a propósito de un comentario sobre Jon Stewart de la TV en inglés, de origen judío con sólo la palabra,“Yeah!” y adicionalmente comentó que los judíos controlaban los medios de comunicación y que los ejecutivos de las cadenas televisisas, incluyendo la propia donde Sánchez laboraba, la CNN, eran semejantes y también discriminatorios. ¡Oh, Santo Horror! Fue despedido de inmediato de su posición de anchor y puesto en la picota publica por su presunto antisemitismo.
CNN tiene derecho a despedir a quien le parezca en esta economía de mercado libre si consideró ofensivo el comentario sobre sus ejecutivos pero al propio tiempo nadie tiene el derecho de negarle la sal y el agua a quién no sea “políticamente correcto” -–mala costumbre que está acabando o por lo menos minando la libertad de Espresión garantizada por la Constitución.
Rick Sánchez no es mi modelo de cubanoamericano pues es pomposo, un poco irritante y un poco “lengua suelta” pero esa es mi opinión la que expreso pues tengo derecho a ella, pero a lo que no tengo derecho es a ponerlo en la picota pública porque yo no simpatice con el o su modo de ser o de expresarse.
Es algo chocante ver como sus colegas periodistas no salen a la palestra a defender su derecho de expresión y sólo tímidamente, algunos, expresan su dolor por su despido, que consideran inmerecido.
4 comentarios:
Asi las cosas.
http://blog.mariaelvira.tv/
Lo que dijo Rick es cierto, los judios dominan los medios de informacion en este pais, y se le podrian agregar muchas instituciones mas, por ejemplo bancarias, etc, y si no hubiera sido por el capital judio , este presidene que tenemos no hubiera salido ni de comisionado en Liberty City.
Lo que dijo Rick es cierto, los judios dominan los medios de informacion en este pais, y se le podrian agregar muchas instituciones mas, por ejemplo bancarias, etc, y si no hubiera sido por el capital judio , este presidene que tenemos no hubiera salido ni de comisionado en Liberty City.
Creo que Rick dijo lo que sentía y es su derecho, pues no estaba denigrando a nadie, ni a ninguna comunidad. Me parece que estamos teniendo problemas aquí con la libertad de expresión.
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