La Causa Hanabanilla y Orlando Patricio Domínguez de La Coba - (2da Parte)
Por: Manolo Pozo (ex-preso político)
Llegó la mañana del 15 de abril de 1983, pudo ser cualquier día de la semana. Orlando y su novia ya estaban instalados desde la noche anterior en la habitación # 27 del hotel. El plan estaba bien repasado, cada muchacho sabía qué hacer. Desde bien temprano se manifestó la actividad en la instalación turística. El hotel estaba preparado para servirle a los funcionarios en misión de negocio por lo que todo el complejo enseñaba sus galas y gentilezas.
Para las 10 de la mañana cada empleado de servicio se mostraba diligente. La mitad del tercer piso quedó reservado para los "negociantes", escoltas y acompañantes. Desde el día anterior los muchachos sabían que en la recámara #38 sería donde estaría el gringo, the most important man of all. Pasadas las 12pm los seís jóvenes ya habían llegado al área de la piscina, reuniéndose con Orlando y Lissette. Tomaron lugar en una de las mesas con sombrillas y allí instalaron su mirador. Desde ese punto podían observar el ir y venir del personal del hotel y sobre todo podían advertir las posiciones de los escoltas; en principio detectaban 2 hombres de la seguridad americana y entre 5 y 8 agentes de la seguridad cubana, dato éste no precisado.
Afuera no había nada más que buscar, todo y todos estaban adentro. Algunos de los muchachos comenzaban a vacilar ante lo que estaba a punto de suceder. Ya Mr. Snow aparecía en el mismo espacio donde estaban los jóvenes, muy cerca de ellos a 10 metros aproximadamente, en una especie de área preparada para lo que parecía un festejo. En contrariedad ese día llegaron al hotel Hanabanilla muchos más invitados de los esperados, eso atrasó un poco el desarrollo del secuestro. Aumentó lo que parecía el personal de seguridad e incluso se notó la presencia de un oficial cubano uniformado, saludando amigablemente a Snow que presumía tabaco y guayabera como si entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba existieran las mejores relaciones. El tiempo pasaba, los planes se interrumpieron, eran más de las 4pm y a esta hora tenían calculado irrumpir en la habitación del gringo.
A estas alturas la jefatura de Orlando apenas podía aliviar la tensión que sufría el grupo. Dos de los jóvenes querían regresar, uno de ellos era el que aportó el arma, se la sustrajo al tío militar. Lissette trataba de calmarlos, la muchacha tenía temple. Daba seguridad por ser mujer y eso escondía un poco el miedo de los hombres. Pero el plan se desvanecía, todos corrían peligro, ya se manifestaba el malesta y esa conducta podía poner en aviso al personal del hotel y de hecho a las autoridades presente.
Cerca de las 6pm Orlando, dos de los jóvenes y Lissette subieron a la habitación rentada por la pareja, repasaron lo que quedaba por hacer, se habló del percance de la alberca. El amigo de la pistola se calmó, se quedó en la habitación y los otros bajaron. La impaciencia se dominaba, pero había que actuar o todo podía estropearse. Ya estaba decidido, no más espera, no más planes y regaños. La habitación de Mr Snow quedaba en el tercer piso, la de ellos en el segundo. Todos menos Orlando y Lissette fueron colándose en el cuarto 27, el alquilado por ellos. Con alguna cerveza en la mano, con toallas y aparentando
un sabroso convite quedaron adentro. En la piscina los novios velarían al gringo, eso no era difícil hasta, esperar que subiera a su habitación, que ya lo había hecho varias veces.
Alrededor de las 7pm, Mr Snow y uno de los "invitados" a la reunión de negocios subieron por el elevador rumbo a la habitación 38; antes se despidieron de casi todos los que aún pasaban la tarde con ellos en el hotel. Saludaron una vez más desde arriba, en inglés, y en un buen español el "visitante". Entraron en la recámara y eso fue señal para que Orlando y Lissette -serenamente- y en perfecto romance caminaran hacia el elevador, lo tomaran hasta el segundo piso, caminaran mirando hacia la piscina, tratando de saber quiénes quedaron abajo, hasta reunirse con sus amigos en la habitación #27.
Los muchachos rezaron, los seís estaban con miedo y decididos, con mucho miedo me contaba mi amigo Orlando. Salieron uno a uno, Orlando tomó la pistola, Lissette los comunicados. Subieron por la escalera hasta el tercer piso, se encontraron con una mucama que se paralizó cuando vio al grupo en fila india por el pasillo. Lissette tocó en la habitación indicada, Mr Snow abrió encantado y seís jóvenes de Villa Clara le anunciaban que estaba secuestrado...
...Continua.
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