Hace muchos años el joven José Martí, a quien la hombría se le desbordaba en su amor por su Patria y sus hermanos, escribía a un ex – condiscípulo suyo:
“Has soñado alguna vez con la gloria de los apostatas?
¿sabes como se castigaba en la antigüedad la apostasía?”
…y después de un juicio militar iba a pagar con su sangre y su sudor, con sus años de juventud quemados entre las piedras de una cantera, la valentía de haber escrito una denuncia contra un traidor.
Nunca esperamos los Miembros del MNT, que aquellas palabras escritas por nuestro Apóstol iban a ser aplicadas a uno que consideramos una vez un compañero.
Se enciende la sangre al recordar las horas de canción y esperanza compartidas y ahora pisoteadas por ti.
Nos crece el furor al recordar cuanta miseria pudiste haber seguido combatiendo; cuanto horror pudiste haber seguido denunciando; cuanta verdad perdiste, cuanto vuelo has matado; a cuantos asesinos de pueblos has vinculado tu destino; a cuanto luto de madre vas a ayudar con tu traición; a cuanta mentira te has sumado.
¿Con que palabras vas ahora a poder cantar? porque tu lenguaje, el que te hizo ser querido por nuestro pueblo, le pertenece al pueblo y no a ti. ¿Que cantos van a ser de ahora y en lo adelante los tuyos, que no sean los cantos de la nada., los cantos de la mentira?
Tu mismo viste como aquellos hacia quienes corriste a unir tu destino sometían a la mas horrenda pobreza al pueblo de Etiopia; tu te horrorizaste con la imagen de la miseria humana forjada por el imperialismo y sus agentes y ahora te conviertes en un sirviente más de los ensangrentados, en un criado de la ignominia, en un agente de la furia y la maldad burguesas.
No se trata de volverle la espalda a un pedazo de tierra, a un conjunto de calles y gentes; se trata más bien, de huir cobardemente de la verdad, de escapar de todo lo que riega luz, de renunciar a llevar la estrella sobre la frente y volver a ser el buey, la bestia, la negación de lo humano, la imagen vituperable de todo lo que los hombres han soñado con no ser nunca.
La traición a la Patria es la negación de la fuerza que permite a los hombres calificarse como tales; es la renuncia al amor por el trabajo, por la humanidad, porque traicionar a un grupo de hombres es traicionar a todos los hombres, porque abjurar de los principios es perder el vínculo con la vida.
Tu traición no es solamente la hecha a los compañeros, a los amigos, ni siquiera a tu familia. Es la traición a ti mismo, a menos que todo lo que hasta ahora has hecho, lo que hayas creado y edificado no haya sido mas que una sarta de hipocresías y mentiras.
Vete y piensa que a donde quiera que vayas te seguirá nuestro odio y la lastima con que hemos observado la gradual degradación de un hombre.
El pueblo de Cuba y el Movimiento de la Nueva Trova
Ciudad de la Habana
21 de Mayo de 1980
“AÑO DEL CONGRESO DEL PARTIDO”.”
4 comentarios:
Castro en la ultima reflexion de hoy -penultimo parrafo - amenaza a Silvio ( se infiere).
¡Roma paga a sus traidores...pero los desprecia!
Fidel nunca tuvo capacidad para amar
Pero sí para pagar, fue lo que dije: Paga a sus traidores, pero los desprecia.
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