¿DE RODILLAS? JAMÁS.

Tomado del Diario Las Americas

¿De rodillas? jamás

Por Rogelia Castellón

Somos el pueblo cubano, por nuestras características, por nuestras luchas, por nuestro eterno amor al sacrificio somos la raza cubana. Desde aquel indio extranjero Hatuey, nativo de América nuestro amor a la libertad camina por todos los caminos de las luchas libertarias en todas las épocas.

Desde el año 1959 nuestra libertad y en consecuencia, todos nuestros derechos fueron y continúan siendo violados por el régimen existente en Cuba durante tan largos y tristes años. Los luchadores y los disidentes de pie sobre nuestra tierra cubana han entregado vidas y libertad para dejarlas como legado a las nuevas generaciones. Los desterrados también han dejado historia combatiendo a la tiranía por más de cincuenta años.

La escuela ha sido en la mayoría de los casos, el exilio. El escenario sin dudas ha sido y sigue siendo la tierra cubana. Hemos dejado allá sangre de patriotas, cuerpos de hermanos, dolor, siempre dolor de patria y no hemos renunciado nunca ni al terruño añorado ni al amor dejado en cada pisada del pasado. De todo lo perdido queda el recuerdo, para llegar al futuro queda el deseo nunca abandonado.

La guerra por la nueva independencia está llegando. Es una guerra de palabras firmes de pensamientos dirigidos al regreso de la libertad, de voluntades inquebrantables, de piernas rectas apoyadas solamente en la fuerza de los pies, de rodillas al frente empujando el cuerpo a la gran caminata de un solo lema…de rodillas ¡nunca!

Hay hombres capaces de vender el alma buscando sus propias historias. El ex presidente Jimmy Carter, en un gesto conciliatorio con el gobierno de Cuba, quiere hacer creer a los ciudadanos cubanos que las gestiones van dirigidas solamente a lograr beneficios para ellos tan necesitados de redenciones y de libertades. Es admirable, ese mismo hombre ha visto durante más de cincuenta años la desaparición de todos los derechos del pueblo cubano. Sabe de prisioneros y de ex prisioneros. Sabe de muertes, sabe del dolor cubano, como lo sabe también el presidente de este país, pero de eso nunca han hablado los descubridores de la nueva teoría de la pacificación. Pacificación para servir al gobierno de los Castro a través destierros y de libertades provisionales.

Todo indica la posible admisión del régimen castrista en la agenda de la democracia americana, para ello levantarán el embargo, facilitarán la llegada de mayor cantidad de moneda americana a través de un bien organizado turismo y el régimen obtendrá los créditos necesarios para tener relaciones comerciales iguales a las de los países gobernados por regímenes democráticos.

Todo perfecto, el camino abierto para rellenar los bolsillos de la tiranía, para continuar mejores trabajos terroristas, detenidos ahora por falta de capital, para más opresión. Todo lo capaz de devolver su brillo a la tiranía antigua, dura y mortífera.

Los dos hermanos y el americano negociador se abrazaron, se declararon amigos y por supuesto, se rieron porque el triunfo está llegando.

Está claro, las gestiones van dedicadas a preparar a cubanos y a americanos para aceptar como honestas y puras las gestiones de una alianza entre una tiranía y una democracia.

Para mi entender en esta operación se llega hasta la traición, porque para lograr sus planes los negociadores deben romper barreras de respeto a las leyes establecidas y usadas para mantener una vida de orden en Estados Unidos. El presidente Carter, declaró necesario pedir la liberación de los cinco espías cubanos condenados por las leyes americanas, porque según él, el procedimiento judicial ha sido dudoso. Eso completa un entendimiento con la maldad de la calumnia.

Los cinco espías fueron condenados después de probarles su participación en la muerte de tres jóvenes americanos y de un cubano cuyo delito era estar dedicados a auxiliar a los balseros cubanos en peligro de muerte en sus escapadas del “paraíso castrista”.

En Cuba, mientras el presidente Carter compartía con los representantes de la dictadura, se mantenía el régimen de detenciones y encarcelamientos a los acusados de ser enemigos del sistema. En Cuba los juicios pueden o no hacerse. Pueden esperar por cualquier tiempo para realizarlos. Nadie puede intervenir en los procedimientos. Las condenas siempre han sido dictadas antes de la celebración del juicio.

En estos momentos un ciudadano americano, Allan Gross cumple su condena en una cárcel cubana acusado sin pruebas de conspirar contra el gobierno cubano. Estuvo más de un año detenido antes de fijarse la fecha del juicio.

La historia de Cuba durante estos últimos cincuenta años está relatada por los supervivientes de todas las cárceles cubanas, por la presencia de los hombres y mujeres castigados por desear la libertad para todo un pueblo, por el recuerdo de nuestros hermanos fusilados en todo el territorio cubano. No se pueden ignorar esos testimonios para complacer a la tiranía soñando siempre con poner de rodillas a los americanos y a seguir danzando con los enemigos de nuestras libertades.

Es curioso, el presidente Carter sueña con su gloria y cae de rodillas ante las exigencias de los Castro. Va a trabajar sin descanso para que su pueblo también se arrodille ante la tiranía, pero, pero los Castro también han doblado sus rodillas al querer, a través del otrora “manicero Carter” negociar con el “enemigo” y cuenta nueva ante el “imperio.

”Nosotros vamos a continuar de pie. De rodillas ante la tiranía…¡nunca!

De rodillas, solamente ante Dios.