ARTICULO DE MANOLO POZO: "MENSAJEROS DE LOS ESPIAS"

Mensajeros de los Espías.
Por: Manlolo Pozo.

Hoy domingo, al borde del lunes me dispongo a pronunciarme inevitablemente contra un artículo que leí el pasado viernes 30, en el Nuevo Herald. Dos cubanos del diálogo de Miami tuvieron un encuentro y vaya usted a saber cómo repasaron la situación de Cuba, por dentro y por fuera. En este dúo recién estrenado uno es Joe García, el mensajero, y el otro Oscar Peña, el remitente de una antagónica petición que dejaría en libertad a los espías de Castro.

El publicado encuentro del llamado cubanólogo y su admirador Oscar no tuvo copas de vino, ni nada que se le parezca. Eso dice el destinatario, aunque al leer la columna del viernes percibo una penosa borrachera que pretende llegar con su hangover hasta la Casablanca.

Oscar Peña, aquel que se desligó del gobierno comunista y actuó alguna vez como disidente y activista de los derechos humanos en Cuba, aprovecha esta vez el espacio del Herald para hacer campaña política indiscreta y pienso que gratis en favor del mensajero Joe. Lo eleva, entona una evaluación acumulada y deslumbrado le encomienda usar su "importante influencia" para transmitirle al presidente una patética súplica por los que -según él- "no fueron asesinos directos de los mártires de Hermanos al Rescate" fulminados con saña fuera del espacio aéreo de la isla de los Castro.

Mezquinos objetivos propone esta columna del señor Peña. Comienza con el teque del encuentro con el cubanoamericano, antes de insertar con poca habilidad un final con vallas. Poco importa para él la misión de Bill Richardson, ni las guerras de Africa. Resume el tema en dos párrafos del artículo, pero antes celebra a Joe García a quien lo considera uno de los cubanos nacido en Miami más conocedores de la Cuba actual. -Parece que llegó ayer de Cuba- dice Peña de su mensajero, refiriendose a lo deslumbrado que quedó en el intercambio.

El flechazo de estos dos estoy seguro que tendrá consecuencias. Allí, en ese encuentro comenzó una campaña. Lo primero va directo a Washington con una encomienda complice y villana. ¿Qué espera Oscar Peña cuando actua como el coro de la UNEAC, respaldando las consignas de moda de La Habana?.. ¡Libertad para los espías cubanos! Pudo titularse tu columna... -Es un poco más directo Oscar-, te hubiera aconsejado Joe.

¿Sabes cuánto desprecio te buscas con este plan manifiesto?

Yo sí sé. Estás aún en un exilio lacerado por los enemigos que entrenaron y enviaron hacia esta patria desterrada a los victimarios de cuatro de nuestros mejores hombres. Y no solamente les derribaron las naves, como dices de un plumazo. Los mataron y volvieron a matar Oscar Peña. Te lo repito, los mataron y volvieron a matar; con crueldad, satisfacción y alevosía. Tu mensaje y tu mensajero favorecen el crimen del 24 de febrero de 1996. Con esta treta ustedes perdonan a los pilotos sicarios de los MIG de guerra y pretenden que quede sin efecto una de las pocas acciones legales -contundentes- que se le ha aplicado a la tiranía por sus crímenes.

En tu trámite planteas reconciliación , incluyes con mala intención al preso Eduardo Arozena, que bien sabes que no cabe ni pesa en esta negociación y tejes oraciones blancas, azules y rojas para encomendarle a Joe García que le pida al presidente Obama "que haga un esfuerzo muy especial con el independiente poder de las cortes y la justicia de Estados Unidos, suplicando una revisión de las condenas de los 5 espías, por ser menos culpables que el piloto asesino".

Alguién en Washington, Oscar, llegará después o antes que tu mensajero para recordarle al presidente y a ustedes, que el ataque del MIG-29 contra las avionetas Cessna y la ejecución con terribles misiles aire-aire de los 4 aviadores del exilio, fue parte de toda la información y actividades enemigas de esos hombres que ustedes quieren fuera de la justicia.

¿Se te acabaron las rutas Oscar? Parece que sí.