CAUSAS. POR: MANOLO POZO.

Causas.

(Primera parte)

Hacia el final de la década de los setenta se dieron en Cuba algunos movimientos de desobediencia
y rebeldía que se extendieron uno a uno por algunos años. Los sucesos de la Embajada del Perú y la consumación del éxodo del Mariel evidenciaron el malestar intrínseco en la población y reveló al mundo que la cacareada revolución de Fidel Castro escondía muchos más problemas que los logros anunciados.

Por aquellos años el mundo apenas conocía de salidas ilegales de cubanos en balsas a través del Estrecho de la Florida por lo que aquella estampida de 1980, de miles de ciudadanos y familias refugiándose en una sede diplomática rompiendo récord de concentración por espacio cuadrado, reveló abiertamente el fracaso comunista, iniciándose en ese momento el desplome de la falsa castrista y una serie de reacciones sociales que tienen consecuencia aún en estos tiempos.

Más de 10 mil cubanos refugiados en la Embajada del Perú apagaron el alarde del insensato gobernante que ordenó -después de varios incidentes en la sede peruana- el levantamiento de las postas militares que vigilaban algunas de las misiones diplomáticas ubicadas en La Habana. Aquella decena de miles de cubanos renegados fueron la vergüenza panorámica de un sistema estático y represivo.

Ese primer contingente de contrarrevolucionarios, homosexuales y vagos (como los llamó el líder de la tiranía) penetró en menos de 72 horas en los terrenos del gobierno peruano en la capital, creando un bochorno histórico por el conflicto que se originó con el Perú, además de la crisis que generó el hecho con otras sedes diplomáticas, con la Cruz Roja Internacional, la prensa acreditada y la determinante opinión pública internacional..., y nacional.

Los sucesos de la Embajada del Perú cambiaron la historia disfrazada -hasta entonces- del régimencastrist, para que el mundo ignorante y desinformado comenzara a tener una idea precisa de lo que había sido la vida de los cubanos 21 años después del arribo del comunismo en 1959. El 1ro de abril se desató la crisis que concentró a más de 10,000 desafectos en menos de tres días.

El éxodo del Mariel fue el superlativo de una serie de intentos y entradas violentas de cubanos en algunas sedes consulares y diplomáticas escapando del Paraiso Socialista. Más de 150,000 cubanos siguieron a los miles que buscaron asilo en la embajada. La revolución se venía abajo y esa fue la jugada del gobierno: permitir que se fuera la escoria.
El resultado moral de aquellos eventos sin dudas desbarató la imagen que se exportaba del "primer país socialista de América, creador de una comunidad sin privilegiados y con todas las garantías sociales resueltas". Hasta entonces no había cómo evaluar el sentimiento del pueblo cubano, sólo se medían los discursos y la propaganda oficialista.

Después de los hechos de la embajada del Perú y el Mariel muchas cosas cambiaron en Cuba. El régimen arreció sus medidas de controles: sus ciudadanos eran menos confiables. Y por otro lado aparecía la inquietud civilista en La Habana alentada por algunos hombres del centro y de la izquierda ideólogica coincidiendo en un movimiento pernicioso para el Castro comunismo.

En esos años convulsos de finales de los setenta y principio de los ochenta se repiten otras acciones desesperadas efectuadas por jóvenes y adolescentes en intentos suicidas de salidas ilegales del territorio nacional. Asaltos a sedes diplomáticas y religiosas. Secuestros de naves aéreas y marítimas. Toma de rehenes y otras causas detonan en la isla como resultado del clima que dejaron los sucesos de la embajada y el Mariel. Conocí muy bien a los hombres que quedaron con vida de estas historias. A los muchachos del Vaticano, el barco Canimar y Embajada del Ecuador. Supe de Orlando Patricio y su rehén en el Hotel Hanabanilla. Fui parte de esa generación de causas políticas y de un grupo de hermanos envueltos en actos de desespero que eligieron para evitar la enajenación y el acoso perpetuo de un sistema vil.

...Continua