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"ARTE SOY ENTRE LAS ARTES. Y EN LOS MONTES, MONTE SOY"
JOSE MARTI.

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jueves, 24 de julio de 2014

UN FANTASMA RECORRE AMERICA


Por: Iliana Curra

Para los que pensaban que el comunismo había muerto aplastado por el muro de Berlín, se equivocaron. Solo se congeló por un tiempo, agazapado e inerte, para que nadie lo escuchara. Silencioso y penetrante, con su guerra fría avanzando por las fronteras para lograr su mayor objetivo: destruir a América.

Que nadie se engañe. Hoy más que nunca preexiste la guerra fría entre las potencias. Nunca dejó de existir. Como una serpiente se arrastró, callada y sigilosa, pidiendo expansión y sangre, con su envidia como morral a la espalda para intentar aniquilar el progreso y la civilización.

No, la guerra fría está aquí, calentando maquiavélicos cerebros que quieren desaparecer a América de la faz de la tierra, la nación libre y democrática del mundo. Imperfecta, pero segura. Que no es el paraíso, pero es lo más que se le parece.

Las fronteras no son seguras, a pesar de haber perdido su inocencia un 11 de septiembre de 2001, el terrible día que atacaron sin piedad porque la envidia y el odio corroe el alma del terrorismo internacional. América es invadida desde túneles cavados por narcotraficantes. Desde muros sin alturas y por pandilleros que azotan los países al sur del río Bravo.

Del río Bravo hacia el sur nos invade el neo comunismo, ahora centrados en llegar al poder por las urnas, los votos y el fraude electoral. La rampante corrupción de gobernantes que son usados como marionetas en el centro y sur de América Latina, son producto de un cambio total de estrategia para llegar al poder elegidos por pueblos que no conocen los métodos comunistas de siempre.

“A nosotros no nos pasará lo de Cuba”, dicen, pero ya están compitiendo en la corrupción gubernamental, la escasez y, sobre todo, con la brutal represión y carencia de libertades civiles.

Hoy más que nunca América del Norte vive el peligro más grande de su historia. El ex oficial de la KGB rusa, Vladimir Putin, intenta controlar el traspatio, al igual que otras potencias que ya controlan económicamente parte del mundo, como lo es China. El peligro acecha a diario, y si ésta gran nación no decide levantarse de su apatía, pudiéramos perderla.

Un fantasma recorre América y el mundo. O lo detenemos, o perderemos la libertad que todavía vivimos.



miércoles, 15 de mayo de 2013

NATALICIO DE ORLANDO ZAPATA TAMAYO

Si tu injusta prisión no hubiera existido, hoy estuvieras entre nosotros. Si los esbirros, asesinos y sádicos de una dictadura de más de medio siglo no te hubieran llevado al desespero de una terrible huelga de hambre, hoy estuvieras celebrando tus 46 años de edad. 

Orlando Zapata Tamayo, podrá pasar el tiempo, los años. Podrán querer cambiar la historia y hacerla desde bloguers y computadoras, desde discursos vacíos y dictados de antemano, desde pedidos de perdón, amor y tolerancia con los verdugos que cercenaron tu existencia. Pero no podrán olvidar tu valentía, tu decoro (el decoro de pocos) y tu sencillez al entregar lo más preciado del hombre: la vida.

Que en el Cielo puedas estar en paz, aunque en paz te fuiste contigo mismo. La justicia todavía queda pendiente. De eso nos encargaremos los vivos.



martes, 27 de noviembre de 2012


Blogs

Iliana Curra en brazos de su mamá.
Llevo años oyendo acerca de Iliana Curra, y leyéndola. Esta mujer es una importante figura del exilio y de la oposición dentro y fuera de Cuba. Porque es una persona firme, clara, como podrán comprobar con sus agudas y concisas respuestas. No hay trastienda con Iliana Curra, con ella la verdad va por delante siempre. Y sin miedo a nadie, sin contemplaciones con los que no hay que tener ninguna, persevera con sus opiniones y con la razón, y no se deja meter el pie nunca. Su blog La Curra de Cuba se ha convertido en referencia habitual de los que saben que no podemos continuar regalándole el tiempo a los dictadores, a los esbirros, y a sus secuaces.
Mientras regresaba en el metro, desde la Biblioteca François Mitterrand, me dije que hacía rato tengo esta conversación pendiente con ella. Una conversación que podría extenderse, en cualquiera de mis próximas visitas a Miami.
ZV: –¿Qué recuerdas de la educación en Cuba? ¿De tus padres? ¿Dónde naciste? ¿Cómo eras de niña?
IC: -Mi educación en Cuba fue sobre marchas, himnos de guerra, consignas a gritos y una pañoleta de pionero comunista que nos imponían gracias a una “educación gratis” y revolucionaria.
Nací en el ultramarino pueblo de Regla, en La Habana en el año de la desgracia (1959), un pueblo pintoresco que fue perdiendo su brillo hasta convertirlo en parte de una Habana destruida como lo es toda hoy.
Fui una niña tranquila, con sueños que se fueron esfumando a través de los años en un país donde, soñar, se convirtió gradualmente en una pesadilla.
ZV: –¿Podías imaginar siendo una adolescente que te tendrías que ir de Cuba?
IC: -No, a pesar de todo me sentía cubana y que no cabría en otro lugar. Ya de joven me di cuenta que mi mente y mi cuerpo no podían seguir viviendo encerrados entre las rejas de una prisión llamada Cuba.
ZV: -¿Cuáles fueron las razones por las que te encarcelaron? ¿Qué defendías?
IC: -Comencé, junto a mi hermano y un grupo de amigos, haciendo propaganda clandestina con carteles y octavillas que decían “Abajo Fidel” y pidiendo democracia para Cuba. Defendía una libertad que nunca había conocido pero, que más allá de nuestro mundo cerrado, había algo que se llamaba ser libre sin tener que gritar consignas ácidas y absurdas. Fueron métodos simples y sencillos que en cualquier país libre puedes hacer sin enfrentar un castigo tan cruel como es la prisión. Al ser arrestada, estuve 84 dias en Villa Marista, el cuartel general de la Seguridad del Estado y con un cambio de medidas esperando juicio, me fui a la casa. Inmediatamente me convertí en una opositora abierta en un grupo llamado Agenda Nacionalista.
ZV: -¿Cuántos años estuviste en la cárcel? ¿Cómo fueron esos años para tí y para tu familia?
IC: -Me condenaron a tres años de trabajo forzado (correccional con internamiento). Primero me negué a trabajar. Y al mes de estar en el lugar provoqué un motín debido a una reclusa que saldría de pase esa mañana con denuncias que yo había redactado y las guardias la golpearon impunemente.
Mi familia sufrió las consecuencias de mi rebeldía porque los castigaron a ellos de la manera más inhumana y cruel que se conozca al trasladarme hacia la provincia de Camaguey, a unos 600 kilómetros de La Habana. El traslado fue a una prisión de máximo riesgo, de mujeres, en Camagüey, conocida como Kilo-5, porque me cambiaron la medida y el correcional quedó atrás para pasar a prisión cerrada.
Especialmente mi madre sufrió mucho, además de la persecusión a que fue sometida, amenazas y registros.
ZV: -¿Podrías explicar los métodos de los carceleros?
Los métodos son, primeramente, enviarte a galeras con reclusas de altísima peligrosidad, viviendo el temor todo el tiempo de ser agredida físicamente. Vigilada por reclusas comunes que se prestan a todo por ganarse alguna simple prebenda. Acosada por la Seguridad del Estado y por un mundo hasta ese momento desconocido, donde tienes que convertirte en alguien extremadamente fuerte mental para evitar las trampas y las provocaciones. Es un poco difícil de explicar.
ZV: -Finalmente pudiste irte al exilio. ¿Era tu meta o fue algo impuesto por una u otra razón? ¿Qué tiempo llevas exiliada?
IC: -Vine al exilio casi inmediatamente de salir de la prisión. El sufrimiento de mi madre y mi familia tenía que parar de algún modo, pues mi carácter y mi rebeldía ya establecida harían que fuera nuevamente a la cárcel. Llevo 15 años en el exilio donde he mantenido mis convicciones e ideales con los cuales voy a morir, posiblemente lejos de mi patria.
ZV: -¿Saliste con toda tu familia o debiste pasar por todo un trayecto de dificultades para sacarlos a ellos después?
La mamá de Iliana Curra con su biznieto.
IC: -A mi madre la denegaron, increíblemente y tuve que pedir una reunión en Cuba con el Dpto. de Refugiados. Luego mi madre fue citada y, al venir yo para el exilio, ya estaba estaba aprobada para salir de la isla. Tres meses después nos encontrábamos en Miami las dos.
ZV: -Eres periodista, me parece que has hecho radio, ¿Has trabajado en Radio Martí o en otra radio?
IC: -No, no soy periodista graduada. Fue la carrera que quise pero que me fue imposible en Cuba.Nunca he trabajado en Radio Martí. Estuve tres años trabajando en “La Voz de la Fundación”, de la Fundación Nacional Cubana Americana (FNCA) (1998-2001) hasta que la cerraron, gracias al desinterés de Jorge Mas Santos, hijo del líder indiscutible, Jorge Mas Canosa. En el 2002 me vinculé al Consejo por la Libertad de Cuba (CLC) que fueron directores de la FNCA que se separaron al no estar de acuerdo con lo que estaba pasando y crearon esta otra organización.
ZV: -¿Qué opinión tienes de lo que está ocurriendo acerca de Cuba en la actualidad, oposición, disidencia, exilio, viajes de artistas pro castristas y personalidades del castrismo a Estados Unidos, crees que es justo que eso ocurra?
IC: -Mi opinión sobre todo esto es que ha sido una labor de zapa permante del régimen castrista para minar de alguna manera el exilio y hacerlo implosionar. La famosa mano larga del comunismo que habla Eudocio Ravines en su libro, “La Gran Estafa” que ha llegado a penetrarse hasta en las altas esferas del gobierno norteamericano (léase la espía Ana Belén Montes). Ya se conocen nombres de esbirros que han torturado y cometido violaciones a los derechos humanos en Cuba, que han mentido al Dpto. de Inmigración para radicarse en los Estados Unidos.
Los viajes de artistas pro-castristas y personalidades de la dictadura a Estados Unidos es parte de un programa nombrado “Contacto de pueblo a pueblo” que ya lo habíamos padecido con el ex presidente Bill Clinton, pero que ahora ha sido reforzado con el Presidente Barack Obama, quien ha decidido ser flexible con enemigo, lo que ha permitido que en nuestro patio tengamos a personas que insultaron, vejaron, golpearon y hasta torturaron a los que ahora vivimos en el exilio. Es una total verguenza.
Y sobre la oposición o disidentes, se que existen muchos valientes que han sido pateados por hordas de la dictadura, que han sido encerrados injustamente, torturados, vejados y hasta asesinados, mientras una fracción de otros que se hacen llamar disidentes, viven por encima de la media, gracias al dinero que envía el exilio para la isla, convirtiéndose en “vacas sagradas” que nada hacen por Cuba y que apoyan hasta el levantamiento de restricciones para darle oxígeno al régimen. Es una innegable realidad que no podemos ocultar.
El hijo de Iliana Curra.
ZV: -¿Existe una juventud cubanoamericana a la que crees que se le pueda marear con estos viajecitos y cuentecitos, o crees que hay también una resistencia por parte de los hijos de los exiliados, nacidos y crecidos en Estados Unidos?
IC: -Los hijos de los verdaderos exiliados están muy conscientes de la realidad de Cuba, son los que entran en debates, foros y discusiones en inglés (que es su idioma) para aclarar puntos y hablar claramente sobre el tema. Gracias a Dios han sido criado con los valores necesarios para continuar este exilio.
ZV: -¿Tú crees que al gobierno los Estados Unidos le conviene que la dinastía Castro se consolide hasta sus hijos y nietos? ¿Por qué?
IC: -Obviamente ha habido siempre una actitud de tolerancia hacia los crímenes de la dinastía de los Castro. Un ejemplo cercano fue el derribo de las avionetas con cuatro pilotos de Hermanos al Rescate, donde la administración Clinton nada hizo al respecto. El crímen ha quedado impune y al final, la flexibilización cada vez es mayor, especialmente con administraciones demócratas, posiblemente llevando a Cuba al camino de la China comunista.
ZV: -¿Qué mensaje desearías mandarle a los opositores a Cuba? ¿Con cuáles te identificas?
IC: -Hay muchos opositores buenos en la isla, valientes de verdad que dia a dia arriesgan su libertad y hasta su vida. Arriesgan hasta la libertad de su familia, incluyendo hijos, como es el caso de Sara Martha Fonseca, para poner un ejemplo. Ahora mismo hay mujeres encarceladas que están viviendo un infierno en la prisión “Manto Negro” en La Habana, una de las cárceles más violentas en Cuba.
Mi mensaje es que nunca pierdan sus valores, su dignidad, su entereza y que sepan que hay un exilio que nunca las olvida, a pesar de la penetración, la flexibilidad de algunos llamados líderes en el Exilio, asi como la actitud del gobierno norteamericano, europeo y latinoamericano.
Iliana Curra con su hijo.

jueves, 9 de agosto de 2012


UN DIALOGO EN TIEMPOS DE COLERA
 

Por: Iliana curra

Para nadie es un secreto que por años, cierto segmento de la llamada disidencia interna, amparada por la otra desde acá: la externa, se han unido en la misma idea de pedirle a la tiranía castrista un diálogo. Esta vez no es la excepción con el “Llamamiento urgente por una Cuba mejor y posible”.

El comienzo de este llamado a dialogar con sordos comienza diciendo que: “Vivimos tiempos cruciales”, y que yo recuerde, tiempos cruciales hemos vivido los cubanos desde que el terrorismo de estado se implantó en ese enero de 1959.

Estamos ya en el 2012, con muchos fusilados de por medio, un indeterminado número de prisioneros políticos, una cifra incalculable de muertos en el mar buscando libertad, el presidio femenino más grande en tiempos de paz y un exilio regado por el mundo entero. Estos apresurados cálculos nos convierten en una estadística abominable para una pequeña nación como es Cuba. Pero eso no importa. Uno de sus firmantes que se hace llamar “politólogo”, Juan Antonio Blanco, dijo en una de sus aburridas conferencias sobre el tema cubano que: “ignorar el pasado es la mejor manera de perpetuarlo”. Claro, desde su comodidad en Canadá al ritmo de un buen Wisky del “enemigo”.

Ahora resulta que los dialogueros se molestan cuando les llaman así y ha comenzado un “dale al que no te dio” tremendo. Y es que, realmente algunos firmantes son personas que han defendido la libertad de Cuba de una manera digna, y por eso no entiendo cómo pueden plasmar su rúbrica al lado de un Carlos Saladrigas, por demás oportunista de último minuto en el tema cubano, Un Oscar Espinosa Chepe, raulista por excelencia, un Manuel Cuesta Morúa que ha viajado el mundo pidiendo el levantamiento del embargo norteamericano para oxigenar a la dictadura, un Oscar Peña que le compraría hasta un cuadro al ex-canciller Roberto Robaina si pudiera, entre otros tantos politólogos, blogueros, ex-guerrilleros, hijos de esbirros castristas fusilados, y una amalgama de personalidades que nadie conoce hayan hecho algo positivo por Cuba.

Y lo mejor de todo es que la convocatoria sigue abierta. Ariel Hidalgo es el encargado de recibir las firmas de quienes, aún agazapados, siguen esperando que el de al lado firme primero para no hacer el ridículo de entrar en una patética componenda de pedirle a un sordo que converse de manera abierta, transparente y pluralista. Las tiranías no escuchan, no hablan. Las tiranías encarcelan, reprimen, fusilan, realizan juicios sumarios y arremeten con turbas “reparteras”  y chusmas contra infelices opositores pacíficos. Todos los intentos de diálogos anteriores han fracasado porque el régimen es totalmente sordo. Que le pregunten al mismo Ariel Hidalgo.

Hoy por hoy la dictadura está enfrascada en seguir implantando el terror contra civiles, contra niños y mujeres indefensas. Nada nuevo para los que conocen la historia, si es que no la han vivido. El desgobierno castrista se concentra en asesinar a opositores, como el caso de Oswaldo Payá y Harold Cepero, en ocultar las cifras de muertos por enfermedades que habían sido supuestamente erradicadas, y en encerrar a rehenes extranjeros que le sirvan luego como cartas de cambio para sus jugadas políticas internacionales. Nada de escuchar a nadie.

Y claro que una Cuba mejor es posible, pero si depende de pactar con los verdugos de más de cinco décadas y hacer borrón y cuenta nueva porque empresarios millonarios quieren comprar una libertad mediatizada, y unos presuntos disidentes internos pretenden seguir doblando sus rodillas para implorar patéticamente ser escuchados, entonces vamos muy mal. Terminaremos como la extinta Unión Soviética, ahora convertida en un narco-estado con un mafioso al frente del país después de haber dirigido el centro de represión más cruel y espantosa llamada la KGB.

Y para terminar, no estoy de acuerdo de que el país esté al borde del abismo, como dicen al final del documento. Cuba está en lo más profundo de ese abismo, hundido por un sistema ineficiente, terrorista y sádico, y por unos cuantos oportunistas llamados disidentes que trabajan para la Seguridad del Estado, para sus bolsillos o para llevar a la nación cubana a un abismo que desde hace mucho tiempo están cavando al lado del que ya se encuentra el país. Es una pena.

sábado, 17 de marzo de 2012

EN BOCA CERRADA... POR: ILIANA CURRA

EN BOCA CERRADA…

Por: Iliana Curra

La acción llevada a cabo de manera pacífica por 13 opositores en la iglesia de la Caridad en La Habana, ha sacado a relucir facetas desconocidas de algunos de los opositores y/o disidentes que no pudieron contenerse para emitir una crítica dura a los que tuvieron la inteligencia y el valor de hacer algo que realmente llamara la atención sobre la situación cubana.

La falta de solidaridad ha sido tal, que no puedo negar mi enorme frustración por aquellos que siempre se les ha dado la mano y se les ha apoyado totalmente. Y con mucho pesar tengo que decirlo.

Expresar que “respetas, pero no apoyas” a alguien que ha entrado a una iglesia para usarla como mediadora en demandas que son para todos, ya es una manera de juzgarlos, como fue el caso de Berta Soler, portavoz de las Damas de Blanco.

Tampoco es una “irresponsabilidad”, ni “servir en bandeja de plata” al desgobierno, ni a la alta jerarquía de la iglesia cubana, como dijera Antúnez, quien fue mucho más lejos diciendo que esto “pudiera ser una maniobra de la Seguridad del Estado” porque “no los conocía”.

José Daniel Ferrer dijo desde Santiago de Cuba “no estamos de acuerdo conque se tomen instituciones religiosas”, como si le hubieran pedido permiso para hacerlo. De la misma forma que Martha Beatriz Roque dice al canal 41 que tampoco está de acuerdo conque se tome a una iglesia, como si lo hubieran hecho con una bazooka y AK-47, a la vez que dice estar en “una recepción”, mientras que los 13 se estaban muriendo de hambre porque el párroco en su tremenda cobardía les negaba alimentos.

Y no podía faltar Yoani Sánchez, quien no aceptaba que entraran al templo de Dios para pedir lo mismo que ella a veces pide, aunque le agregue siempre su solicitud de salir a buscar sus premios, actitud prioritaria por encima de cualquier demanda para todos.

Por supuesto que un disidente socialista como Cuesta Morúa tuviera que decir que: “no fue acertada por parte de esos compatriotas de ocupar una iglesia”, es algo que no me extraña. Oswaldo Payá se pronunciaba diciendo que: “no es prudente que en sus templos, en sus cultos, en sus publicaciones y en sus estructuras pastorales o de otro tipo, se busquen espacios para demandas políticas aunque estas sean legítimas”. El hombre de la iglesia hasta el otro día…

Y claro, cuando los sacaron “pacíficamente” a patadas y golpes, los mismos críticos acusaron a la iglesia y al régimen por usar la fuerza bruta, cuando en sus arremetidas y faltas de reconocimiento, crearon el ambiente propicio y necesario para que hicieran con ellos lo que querían.

Yo apoyo a estos trece cubanos que tuvieron el valor de hacer algo de manera pacífica, pues ni secuestraron a nadie, ni tomaron por el cuello al párroco, ni siquiera interrumpieron la actividad normal de la iglesia, la misma que luego se quejaba lastimosamente porque ellos se mantenían firmes en el lugar. Hasta el mismísimo Cardenal sirvió –como siempre lo hace- como intermediario entre las rejas y el régimen, pero esta vez al revés. En vez de sacarlos de la isla, los entregó a la policía política.

No deja de llamarme la atención alguien que desde aquí también se ha prestado para el profundísimo análisis de decir que no están de acuerdo porque la “iglesia es sagrada”, nombre que le da a un corto artículo, Adolfo Fernández Saínz, un expreso de los 75, desaprobándolo categóricamente: “A mí me parece un gran error “tomar” una iglesia por asalto como si fuera un puesto militar”, como si efectivamente la hubieran tomado por las armas.

Creo que la acción de entrar a las iglesias –porque fueron varias- y mantenerse en una hasta las últimas consecuencias, requiere del valor y la firmeza de quienes lo hicieron convencidos de sus demandas. Adelantarse a la Seguridad del Estado, que fue prácticamente lo que han hecho algunos, es de por sí un acto condenable, más allá de expresar un criterio, emitieron una condena de su parte, avalando la represión que luego llegara con toda su fuerza.

Y esto no termina aquí. Ya el régimen conoce la debilidad de la oposición y/o disidencia, pues la falta de solidaridad como tal, es el talón de Aquiles que ha sobresalido luego de esta acción de 13 simples cubanos, sin nombres rimbombantes, proyectos socio-políticos, ni agendas estrechas.

Es una pena que estas cosas sucedan, cuando un régimen oprobioso y criminal está contra la pared. Cuando la llegada del Sumo Pontífice está por llegar y esta acción, válida y valerosa, escribe la historia de la mejor manera. La represión que les espera a estos 13 cubanos y a los otros que en diferentes provincias entraron a las iglesias exigiendo demandas a la dictadura, apenas empieza. Aquellos que se adelantaron al régimen, aún siendo parte del lado contrario, siempre tendrán que recordar ese famoso refrán que les viene como anillo al dedo: “En boca cerradas –señores-… no entran moscas”,

sábado, 21 de enero de 2012

QUE EL SANTO PADRE CANCELE SU VIAJE A CUBA.

QUE EL SANTO PADRE CANCELE SU VIAJE A CUBA

Por: Iliana Curra

Ya sé que me dirán que es imposible. Pero no creo en los imposibles. Creo en la dignidad humana y en aquellos que asumen su posición en la vida… y en la historia.

El Santo Padre ha decidido viajar a Cuba. Ya lo hizo el anterior a éste y qué logró? Que la gente fuera a las plazas, escucharan sus sermones, recibieran su bendición y, sobre todo, que lo vieran dando su mano a un dictador para así mancharla de sangre. Todo un espectáculo Papa-dictatorial.

Qué esperan del actual Papa y su viaje a Cuba? Más de lo mismo. Que la gente vaya a las plazas, que escuchen sus sermones y reciban su bendición y, sobre todo, que lo vean dar su mano al dictador de turno. Un Papa por cada Castro. Aunque éste también ha programado una visita al Castro el vejete, ese que no sabe ni lo qué dice porque está senil de tanta maldad en su mente y en su cuerpo.

Me gustaría que el Vaticano reconsiderara su viaje a una Cuba donde no se respetan los derechos humanos, aunque debiera decir: ningún derecho. Me encantaría que el Santo Padre supiera a dónde va a viajar, que pondrá sus pies en plazas ensangrentadas y entrará a iglesias que fueron maldecidas por un sistema compulsivamente ateo. Que ese régimen despótico expulsó a curas y monjas, y jamás permitió escuelas católicas que enseñaran la doctrina cristiana.

Que caminará entre militares y agentes de la Seguridad del Estado que sostienen un sistema sediendo de sangre donde se tortura, se encarcela, se golpea a mujeres indefensas y hasta los niños reciben su dosis de represión para ejercer presiones a sus padres opositores que quieren un mundo mejor para todos.

Quizás haya que enseñar un poco de historia al intermediario entre Dios y la tierra para que conozca que visitará a la antesala del Infierno. Parece mentira que ser sabio en ocasiones solo te sirve para cometer una infracción moral de graves consecuencias. Eso es connatural en los hombres, y el Sumo Pontífice no es una excepción a pesar de su lugar en el mundo.

Ir a Cuba, a la tierra donde hace 53 años permanece una dictadura militar y se ha fusilado a miles de sus mejores hijos gritando: “Viva Cristo Rey”. es humillar la fe. Es pisotear la creencia y escupir la moral cristiana. Es tirar en el fango la confianza y quedarnos desprovistos de la esperanza para siempre.

Sabrá esto el Santo Padre o habrá que explicarle, una vez más, que visitar una dictadura militar y atea que promulga el odio como factor de lucha y la muerte como manera de deshacerse de quienes disiente, es inmoral. Es tan difícil que el Sumo Pontífice lo entienda?

Yo sé que es difícil a estas alturas que el Vaticano cancele su viaje al Infierno. Ya marcha sobre ruedas todo el proceso para el evento que se avecina. Solo queda que lean los miles de correos electrónicos y faxes envíados a las sedes católicas de Roma y Miami. No solo que los lean, sino que interioricen el mensaje y sean capaces de entender para que no sigan haciédose cómplices de un régimen como el de los hermanos Castro.

Espero con toda la fe del mundo, la que nunca voy a perder, que vuelvan a considerar la decisión de ir a la isla para que la ignominia no se vaya por encima de la dignidad, y que los crímenes cometidos por esa dictadura no sean aprobados por Su Santidad.

Si definitivamente decide viajar, el último crimen cometido por la dictadura sería bendecido en una ceremonia de sangre y odio por parte del Papa Benedicto XVI. Y entonces, no me quedaría de otra que cagarme en el Papa.

viernes, 30 de diciembre de 2011

ARTICULO PARA RECORDAR.

Este artículo lo escribí hace un tiempo, pero siempre que llega el fin de año tengo que recordarlo. No ya por mí que estoy libre, sino por todas las mujeres que han tenido que seguir pasando por esto cuando yo terminé. Ahora mismo Ivonne Malleza e Isabel están en la Prisión de Mujeres de Occidente, la tristemente célebre "Manto Negro". Ivonne está, quizás, en esa misma celda que yo describo, una celda especial de castigo al final de la cárcel, allí, donde lo único que conoces es la oscuridad, los insectos, las ratas y la cercanía de la muerte. Pero como siempre, tengo fe que ella también soportará el castigo. Valor le sobra para eso. Y Dios tiene que ayudarla, porque Dios nunca nos pone donde no podemos soportar, y ella saldrá con su frente en alto y su libertad interna, esa que no tienen ni los guardias que cuidan la prisión.
Por: Iliana Curra

Quizás las huellas que deja una prisión son imperecederas. De ella sales, pero siempre estás dentro. En los recuerdos. Nunca puedes olvidar, aunque te lo propongas. Sobre todo, cuando tanta gente sigue sufriendo en las mismas condiciones de siempre. Cuando no acaba el castigo para los que han quedado atrás. Para los que han ingresado después de tu salida.

Los días son difíciles en una celda de castigo. Los minutos se convierten en días cuando pasan con la lentitud del tiempo estancado, ese que no avanza aunque lo empujes con tu imaginación. Aunque te transportes lejos para verlo deslizarse a prisa.

Días y días que transcurren con la sádica demora de un espacio que llenas con simples repasos de lo que fue y lo que pudo ser. Situaciones que ya no cambiarán porque no puedes, y porque tampoco quieres. La vida te enseña que cuando haces algo, si estás conciente de ello, está bien hecho. No hay espacio para el arrepentimiento porque hiciste lo correcto, o lo que creías correcto.

Una celda oscura donde ni las manos te ves. El frío del cemento donde único puedes sentarte te recuerda la humedad que cala tus huesos para siempre. El ruido de insectos por doquier te hace pensar que estás en medio de una selva, pero de una selva tenebrosa y solitaria donde pudiera aparecer en algún momento una rata que merodea buscando qué comer. Ella también tiene hambre.

Es 31 de diciembre de 1994. Un año que termina de una manera espantosa y piensas que mañana será, quizás, un año diferente. Donde todo pudiera cambiar para bien, o para mal…

La guardia trae una bandeja que apenas puedes ver. Como alimento contiene algo de arroz y un hueso largo que tiene –si acaso- unos milímetros de una carne de ave. Dicen que es de oca, y que es una comida especial para las presas en este último día del año. El olor es insoportable e, irremediablemente, saco la bandeja por debajo de la reja. No puedo ni probarla. Mi estómago me pide a gritos, aunque sea, ese salcocho mal cocinado para sostenerse. Pero no puedo comer.

Entiendo que estoy muy débil y que debería esforzarme para sobrevivir. El frío es intenso. Mis manos congeladas se esconden en los bolsillos de un abrigo hecho de tela sin guata, confeccionado expresamente para las reclusas. Mis uñas no dejan de estar moradas todo el tiempo y me invade una soledad que nunca antes había sentido.

Pienso en mi familia. En mis visita suspendidas para aumentar el castigo. Pienso en los otros prisioneros políticos, que como yo, también están padeciendo lo mismo, y quizás hasta peor. Pienso en Cuba y en los millones de personas que esperan que el próximo año venga mejor. Que se acabe esa dictadura que los oprime. Pero yo estoy libre. No importa que esté en una celda húmeda, oscura y solitaria. Soy libre y eso nadie lo puede cambiar.

A lo lejos, escucho las voces de dos muchachas recluidas en ese destacamento. Un destacamento construido a lo lejos del penal, adonde nadie llega, para encerrar a presas infectadas con el virus del SIDA. Ellas también están solas, lejos de su familia y sin esperanzas de salir vivas de la cárcel. Siento sus risas y una alegría momentánea por algo que no comprendo. Me alegro por ellas, al menos ahora se sienten lejos de esa muerte que siempre las acecha.

Mis oídos, adaptados al menor de los ruidos, sienten pasos a lo lejos. Se acerca alguien, pero no son las botas de la guardia las que vienen hacia mi celda. Son pasos pequeños y suaves que se deslizan corriendo. Una risa traviesa llega a los barrotes de mi celda como el canto de un pájaro. Dos caras risueñas y llenas de emoción se paran a unos pocos metros, y cuando se sintieron seguras al verme en la sombra, sus manos traspasaron las rejas frías de una noche invernal para, con sus puños cerrados, entregarme unos pequeños pedacitos de chicharrones de puerco que les habían llevado para comer.

Es algo que jamás podré olvidar. No fue la comida que me llevaron. Fue la acción que tuvieron acordándose de mí cuando me encontraba en los momentos más difíciles que he vivido. Cuando la noche era más fría y la nostalgia te invade hasta la saciedad. Cuando te sientes más sola que nunca. Cuando casi dejas de creer en la humanidad de un mundo indiferente sumido en su propio egoísmo.

No puedo evitar recordar aquello. En mi mente están vívidas esas imágenes de dos muchachas que ya deben haber muerto hace tiempo. Que sufrieron más que yo el rigor de una prisión porque estaban enfermas. Que supieron compartir con alegría sus alimentos porque sabían que yo apenas probaba el salchocho que me entregaban.

Ellas hicieron algo que estaba prohibido, pero se arriesgaron al castigo para hacerme feliz, al menos, con algo que yo comería. Y así, corriendo, con la misma travesura con que llegaron, volvieron a sus galeras felices de haber compartido conmigo lo poco que tenían para ellas. Me dieron una tremenda lección de que la humanidad aún existía.

Y en ese momento, como Ana Frank escribiera en su Diario, creí en la bondad innata del hombre.

martes, 6 de diciembre de 2011

RECORDANDO ESCRITOS: MI HABANA IMPURA.

MI HABANA IMPURA

Por: Iliana Curra

Quisiera idealizarla en mi mente como muchos otros, pero no puedo. La recuerdo siempre sucia. Sus calles, apenas barridas con escobillones maltrechos, mantenían el polvo de días. Más bien, de años.

La Habana radiante y alumbrada de otros tiempos, ya nunca más lo fue. Ni siquiera la recuerdo. Me tocó nacer cuando sus luces se apagaban aceleradamente. Empezaba el desbarajuste de un sistema que todo lo destruye. ¡Hasta los sueños!

Caminar por sus calles, a veces largas, estrechas y malolientes, no era necesariamente mi orgullo nacional. Sus olores desprendidos de viejos latones de basura eran parte de una vida ya cotidiana a fuerza de una suciedad permanente. Edificios desgastados que morían a diario porque nunca recibieron, ni siquiera, unos brochazos de cal para mantenerlos arreglados y limpios. Ellos no entraban en los planes quinquenales de los procedimientos comunistas de una revolución que todavía hace gritar a sus seguidores: “Venceremos”.

Y es que, indudablemente, jamás han vencido. Perdieron desde el mismo momento en que decidieron imponerse por la violencia y mantenerse por la represión. Y La Habana, esa bella ciudad perdida en el tiempo y en la oscuridad de sus apagones planificados, perdió el brillo natural para convertirse en algo más que una sombra.

Vertederos de basuras por cualquier esquina eran parte de la decoración revolucionaria. Carteles con lemas y consignas adornaban cada lugar como para perfeccionar el ornato público de una ciudad donde su gente, agitada e inquieta por buscar el pan diario de cada día, apenas se preocupaba por la fetidez permanente.

Mi Habana, surrealista y sugestiva. Deslucida y ensombrecida, ya no era la Habana que otros vivieron. Son ellos quienes la idealizan y la perpetúan intacta, cual reliquia de un pasado que jamás volverá. Mi Habana no es más que un espectro aparecido en los sueños de quienes aún la quieren tal y como la dejaron. Los que creen que, al regresar, la encontraran incólume y erguida como si el tiempo se hubiera detenido por casi cinco décadas.

Ella estará, sí, tratando de levantarse de sus propias ruinas provocada por una cosa que llamaron revolución nacionalista, pero que no fue más que una autocracia empañada de matices rusos, checos y alemanes llamados democráticos. Envejecida por el sufrimiento y la desesperanza acecha el futuro con desconfianza y temor. No quisiera, tampoco pudiera, comenzar desde el principio, cuando fue secuestrada por barbudos montados en tanques de guerra y crucifijos en sus pechos seguidos de enardecidos pobladores embriagados de un triunfalismo fatal. Una sucesión de esa etapa sería su ineludible muerte. No lo soportaría.

Así está mi Habana. Impura y desesperada. Casi implorando que cambie todo para evitar su expiración. Como si cada minuto que pasa fuera una molécula de oxígeno que derrocha. Agoniza. Se extingue en la penumbra de sus interrupciones eléctricas por desgastes perennes de un sistema que no funciona. Nunca ha funcionado. Su gente, antes alegre y bulliciosa, hoy vive en incertidumbre propia de los que carecen de la ilusión necesaria. Una gran mayoría, arrastrados por el alcoholismo y los desenfrenos típicos de los que viven sin mañana, apenas pueden con sus angustias. Otros se lanzan a las profundas aguas de un mar que no se compadece y se los lleva para siempre. Otros, quizás más convencidos de su responsabilidad, padecen indebidos encierros sufriendo el atropello perenne de su dignidad. Otra parte resiste los embates de la represión en sus calles, donde el terror se impone porque es parte de la cuota no racionada de un régimen que todo lo controla.

Pero ahí sigue mi Habana, tambaleante y destartalada. Enmohecida y triste, como esperando algún día ver la luz más allá de esas sombras que ahora la envuelven. Quizás sabe, que a pesar de todo, habrá un amanecer. Será en ese entonces que ya no existirán más discursos de verde olivo, ni histéricas arengas incitando al linchamiento de quienes se oponen al terrorismo de estado. Ni protección gubernamental al ultraje. Ni sangre derramada en los paredones de fusilamiento.

Será justamente en ese momento que se enaltezca, sus vicios desagüen al mar y surja nuevamente La Habana. Sin piratas, ni corsarios, ni barbudos rebeldes. Sin fiscales ávidos de sangre, ni intervencionistas despiadados y fríos. Sin internacionalismo proletario, ni tropas injerencistas. Sin jineteras, ni extranjeros depravados, sin niños mendigos, ni pioneros comunistas. Sin refugiados políticos, sin exilio. Sin muertes en otras tierras. Esa será mi Habana. La que idealizo más allá de las liviandades actuales. Más allá de todo lo sucio que pueda haber. Más allá de la salida sin regreso.

jueves, 25 de agosto de 2011

ZOE VALDÉS COMENTA SOBRE EL DEBATE EN "A MANO LIMPIA". GRACIAS, ZOÉ.

(Tomado del Blog de Zoé Valdés)


Algunas observaciones a Enrique Patterson: ¿Por qué no puede haber emoción en la discusión? La emoción es inherente a las reacciones de cualquier ser humano. Emocional ha sido Hugo Cancio y emocional ha sido Pablo Milanés al decidir hacer ese concierto sabiendo que favorece nada más que al bolsillo de ellos, y sobre todo, al castrismo. Emoción hubo en las víctimas del Holocausto, y la hay todavía, como hay emoción en cada una de las víctimas del comunismo. ¿Cuál es el pecado de la emoción?

Por otra parte, del mismo modo que los victimarios dejan de serlo en cuanto deciden exiliarse (por cierto en ese mismo programa se han invitado ex terroristas castristas, y no precisamente para tratarlos como tales, sino como a víctimas, luego que les pisaron el callo), también, llevando el tema al terreno artístico, los artistas cubanos exiliados verdaderamente anticastristas dejan de serlo para los canales de televisión en Miami, así como para los promotores de talento; al parecer lo que interesa promover de un tiempo a esta parte es a los que siguen siendo soportes del castrismo. De ese plan, que es una pena que no se toque en el programa de Oscar Haza, y en otros programas, de ese plan del castrismo de enviar emisarios políticos a través del arte a Miami, es de lo que se debería discutir.

Yo estoy de acuerdo en que no se debe agredir verbalmente a nadie, y mucho menos de manera racista, pero también espero que a Patterson no les esté ocurriendo lo de tantos negros norteamericanos, que primero son negros y después americanos. Lo que no es el caso de los negros cubanos, los cubanos siempre han sido cubanos antes de ser cualquier raza en particular. Celia Cruz era cubana, y solamente cubana, y la lista es innumerable, donde lo primero era lo cubao y luego venía el resto. Por una razón muy sencilla, porque “el ser humano lo primero que tiene es su dignidad personal”.

Estoy de acuerdo con Iliana Curra en que ha habido difamaciones en contra del exilio, y uno de los que ha difamado, no sólo con palabras, sino en sus canciones, es el mismo Pablo Milanés, por ejemplo con su canción: Yo me quedo.

Por otra parte, cuando un pro castrista deja de serlo, y hace declaraciones en contra del régimen, y sus informaciones sirven para combatir al régimen, pues entonces, aunque nos moleste, deben ser tratados como bienvenidos, casos hay hasta para hacer dulce; pero en el caso de Pablo Milanés, no ha hecho declaraciones en contra del régimen, ni se ha puesto del lado de las víctimas, y en esencia no ha pedido perdón por su apoyo a fondo al castrismo. No estará en Miami como uno de nosotros, estará en Miami representando al castrismo, invitado para representar su idea más o menos pro castristas.

Estoy de acuerdo con Patterson de que el castrismo es una mentalidad, es más, el castrismo es un producto de la mentalidad del cubano, como mismo el hitlerismo hizo a Hitler, y el stalinismo hizo a Stalin, porque estamos ante un sentimiento totalitario, como bien decía Guillermo Cabrera Infante. Y uno puede luchar contra una idea, pero resulta más difícil hacerlo contra un sentimiento. Pero hay una territorialidad, localizada en la isla de Cuba, en donde nació y se enquistó el castrismo; y que ahora focaliza a otros terrenos, y el principal es Miami, y todo Estados Unidos.

Que Pablo Milanés vaya a cantar a Miami no es el problema más grave, el problema más arduo es el suyo propio, el que él tiene con él mismo, y que al ser un artista, lo proyecta sotre los demás obligando a que se implique con sus puntos de vista, y eso él lo sabe, aunque lo peor es que todavía, sabiendo lo que está haciendo, lo que irá a representar, no tiene la valentía de unirse al exilio, de unirse a Biscet, de unirse a Antúnez, y de reconocer que el comunismo ha fracaso, que el socialismo es un fracaso absoluto (lo que se acaba de ver en España, y lo que se está viendo en Estados Unidos), pero claro, es tarde para que cambie de forma de pensar, aunque como he dicho siempre, no es de los peores. Pero si yo fuera Pablo Milanés sólo me presentaría en Miami si llegando al aeropuerto declarara ante la prensa que los Castro son unos criminales y que el sistema castrista es el peor del mundo, después de haber pedido perdón, por supuesto, a las víctimas.

Zoé Valdés.

viernes, 19 de agosto de 2011

LOS DERECHOS DE UN SOLO LADO.


LOS DERECHOS DE UN SOLO LADO

Por: Iliana Curra

El Congresista federal por la Florida, David Rivera, ha propuesto un proyecto de ley que ha revuelto a los cubanos en Miami. Debates en la radio, la televisión, la prensa escrita, las redes sociales, los blogs, y todo lo que existe en la democracia, han sido parte de esta vorágine interminable de un tema que apasiona a todos. Y entre pasión y pasión, lo que más escucho es hablar de derechos.

Dicen los que viajan a la isla de manera constante, o los que no lo hacen nunca, pero quieren que otros lo hagan, que “tienen el derecho de viajar”. Otros dicen que “David Rivera no tiene el derecho de negarle ver a su familia”. Algunos hablan del “derecho que le asiste ir a Cuba cuando quieran y a lo que quieran. En fin, y entre derechos y derechos, todos se exigen nada más que aquí.

Y que nadie venga con la historia de que cuando entran a Cuba exigen derecho alguno. Los conozco aquí vociferando que cuando van a la isla son unas monjitas: hablan bajito, entregan todo lo que le quitan en el aeropuerto de Cuba, si los llama un oficial de la inteligencia castrista, tiemblan de miedo y bajan la cabeza, si les advierten que “deben portarse bien”, dicen que solo van a ver a su familia. Les dicen a sus amigos y familiares que no los comprometan hablando de política y que solo van a pasear y comer carne de puerco asada, que es lo más barato allá.

Esos mismos que tanto exigen aquí son los que, cuando van de viaje a Cuba, no te llevan ni un pomo de aspirina a un opositor no reconocido, así que mucho menos a un Antúnez, una Dama de Blanco, un prisionero político.

Tampoco hablan de los derechos de los 75 mil cubanos que están en una lista negra y no pueden viajar a la isla. Por ese derecho no chillan, mucho menos comentarlo allá en Cuba.

Son incapaces de hacer por alguien que tiene a un familiar preso político, para no comprometerse. ¡Mucho cuidado! Eso haría que los montaran en un avión y los pusieran de vuelta en Miami o de donde quiera que hayan salido.

¿Y qué me dicen de los que devuelven directamente del aeropuerto? Sus familiares se quedan afuera con las ganas de verlos, pero ellos, tranquilitos y sin protestar se vuelven a montar en su avioncito de regreso sin derecho a decir nada.

¡Ahhh, es que la democracia vale mucho. Aquí nos llaman trogloditas, carnívoros, intransigentes, come-niños-crudos y, a la par de los partidarios del régimen de La Habana, se ponen en fila para criticarnos porque son “sus derechos”.

No son capaces de tocar a la dictadura ni con el pétalo de una rosa. Allí no protestan, no alzan sus voces, no ayudan a un opositor, mucho menos a un preso. En fin, no hacen “olas” para que nadie los culpe de crear problemas en un país donde levantar la voz, es de por sí una condena al seguro.

¿Y sus derechos, qué? Quedan de un solo lado. Aquí son los exigentes de sus derechos y hasta de sus izquierdos…

Si esos mismos derechos que tanto exigen aquí y que, a la larga los hace hasta cómplices del régimen que los hizo salir corriendo, los usaran en Cuba, las cosas serían distintas. Eso sí que sería llevar la democracia hacia el otro lado del estrecho de la Florida. Pero se la guardan en un bolsillo o la dejan en una gaveta de su closet para cuando regresen.

Los derechos de un solo lado, el de acá. En Cuba ni chistan, pero van a la pachanga, en su gran mayoría, pero sin reclamar el mínimo de sus derechos, mucho menos el de sus familiares. Todo lo contrario, se los quitan para que no los comprometan. ¡Vaya con los derechos…de un solo lado!