Sentí pena, mucha pena. Por Pablo Pacheco Avila.

Sentí pena, mucha pena

Por: Pablo Pacheco Avila

El domingo último finalizó La Semana Social Católica de la Arquidiócesis de Miami, por suerte pude participar en dos eventos.

En uno de los programas el empresario de origen cubano Carlos Saladrigas ofreció una conferencia sobre el futuro empresarial de Cuba.

Saladrigas permitió que él público le hiciera preguntas por escrito. Según el moderador no todas fueron consultadas al financiero por falta de tiempo. Un grupo de los participantes, entre los que me encontraba, replicó alguna de las respuestas de Saladrigas. Éste señor comparó las replicas nuestras, con un acto de repudio.

En lo personal me interesé por los opositores pacíficos, quienes arriesgan su estabilidad y hasta sus propias vidas, por el derecho de todos los cubanos a participar en la vida económica del país, los que exigen cambios pacíficos y son reprimidos por la policía política cubana.

Tengo el presentimiento que la tesis de Saladrigas servirá en el futuro económico de nuestro país para los grandes empresarios en el exilio, como es el caso de Saladrigas. Los que hoy exigen la libertad de Cuba desde dentro no tendrán muchas opciones, carecen de capital y experiencia empresarial.

Según Saladrigas un opositor puede estar dentro de las propias filas del PCC.

Lo curioso es que Carlos Lage, Abel Prieto, Esteban Lazo, José Ramón Machado Ventura u otro que puede ser un opositor anónimo, de acuerdo a su hipótesis. Estos individuos pueden tener un gran capital a costa del robo y el sufrimiento del pueblo cubano. Los que se enfrentan al régimen, apenas tienen para poner de comer a sus hijos a la mesa.

De todas formas respeto en lo que cree Saladrigas, es su derecho y no seré yo quien se lo prive. También es mi derecho no creer en su teoría y mi deber recordar que el sector más vulnerable en Cuba es la oposición pacífica y el régimen le impide invertir en la economía del país.

De la conferencia de Carlos Saladrigas lo que más me llamó la atención fueron las palabras del Padre José Conrado ante las réplicas nuestras a Saladrigas. Según el pastor, vio en la conferencia lo mismo que ve a diario en Cuba y siente pena por eso.

Pena sentí yo, y mucha, al oír estas palabras de un hombre al que admiro. La réplica es un derecho de la libertad de expresión. De lo contrario que no hubiesen invitado a quienes discrepan de la teoría de Saladrigas. Lo que ocurre en nuestra patria solo se compara con las hordas fascistas o de regímenes totalitarios comunistas como el de La Habana. Nada tiene que ver con lo ocurrido en la conferencia brindada por Saladrigas.

Hoy me dio por tirar la toalla, olvidarme de todo, pero no puedo. Cuba está por encima de todo y de todos.

Espero que mi esposa e hijo me comprendan, pues los he involucrado en algo muy mío, la libertad de Cuba.