El depuesto presidente, Manuel Zelaya, intenta entrar por la frontera a Honduras, apoyado por el borracho violador, Daniel Ortega, el mismo que supiera dar su propio golpe de estado en Nicaragua para terminar con una dictadura y empezar otra: la suya. pero Zelaya no va solo, lleva en su asquerosa caravana a un traidor llamado Edén Pastora, vendido ahora al mejor postor. Va junto a él también el canciller venezolano, Nicolás Maduro, en franca injerencia en los asuntos internos de Honduras de un esbirro chavista a nombre del gorila, Hugo Chávez.
El grupo terrorista de las FARC estaría apoyando económica y físicamente a los zelayistas, apoyando los disturbios y hasta las muertes que pudieran haber en este pequeño país centroamericano. Todo está por ver.
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