Por: Rogelia Castellón
La ciudad de Hialeah, bajo la dirección de su alcalde, Julio Robaina, mantiene un programa dedicado a dar un espacio a todos los que tienen enseñanzas para niños, jóvenes y adultos. Gracias a esta gestión podemos disfrutar de eventos capaces de llevarnos a la cultura y al arte. Por eso, asistimos allí a una sesión presentada por la Editorial Nueva Prensa Cubana, la cual nos llevó por los caminos de sueños, verdades, deseos por cumplir y sobre todo de cubanía. Asistíamos a la presentación del libro de poemas Velo de Cristal, escrito por el ex preso político Manuel Vázquez Portal.
Desde el principio escuchamos voces de maestros. El señor Carlos Hernández, Presidente del Consejo de la ciudad, nos habló del beneficio del programa y dio la bienvenida a los asistentes. Nancy Pérez Crespo con su palabra de recuerdos, nos llevó en un viaje atravesando el pasado, en los primeros pasos de la cultura del exilio, representada en años anteriores por la Editorial Sibi, su primer regalo a los que en aquella época tratábamos de mantener la idea de patria y libertad, para que el recuerdo de Cuba no muriera. Alvaro Alba, fue el portador de la presentación. Su capacidad intelectual y el conocimiento de la obra dieron una visión clara del contenido del libro. Julio Shilling, maestro de ceremonia, con sentido emocionado dio lectura a una carta del poeta Alfonso Quiñones, dirigida a Vázquez Portal, la cual llevó lágrimas a sus ojos. El Alcalde Julio Robaina, nos dio la bienvenida y tuvo palabras de acogida para la labor de ese día. El acto lo cerraron Rachel Simhon, con una exquisita traducción al inglés de los versos del autor y el poeta, que con su voz especial nos condujo por los caminos llenos de sueños de su vida. Me impresionó, la gran cantidad de hombres y mujeres cubanos, asistentes al acto. Llevaban un rastro de melancolía en la mirada, pero sus bocas sonrieron cuando los versos del poeta les tocaron el alma.
En los asistentes, en las palabras y en la emoción de todos quedó claro que nuestro exilio, tiene un objetivo principal, la liberación de Cuba. Vamos a recuperarla y a fabricarla de nuevo, vamos a llenarla de democracia, nacionalismo y de cubanía. Vamos a sudarla con el sudor de todos convertidos en obreros de la patria y vamos a bañarla con versos de poetas. En el proceso de espera, debemos hacer patria, crear espacios para las ideas y palabras para expresarlas. Para eso llegamos a esta tierra los cubanos, con pasos destinados a mantener el deseo y el impulso de regresar. Para impedir que el sueño llegara a ser realidad, los Castro respondieron a nuestras acciones con cárceles y paredones. La vida entre rejas ha ido dejando huellas, siempre amargas, pero el dolor se ha quedado en la esencia del verso de nuestros poetas prisioneros. Ellos lograron que la esperanza y el sueño no los abandonaran, porque tenían una misión. Por eso, Vázquez Portal, pudo sonreír cuando leía sus versos al exilio, en un día de emoción para todos. ¡El, cumplía su misión en ese día!
Cubanía, es nuestro primer nombre. Hay un sentido de permanencia en la palabra. Nuestros hombres y mujeres cubanas, llevan a la cárcel castrista y traen al exilio, un sueño eterno, marcado en la pupila con una palabra: libertad. Vázquez Portal, sufrió en la prisión largas noches y tristes amaneceres. No podía contar las estrellas, no podía abrazar a la mujer amada, ni al hijo extrañado, pero podía llevarlos al pensamiento en cada palabra y convertirlos en versos. Así, sus ojos creían dormir cada vez que terminaba un sueño.
La poesía de este poeta, aclara el espíritu y lo eleva para llegar como en un vuelo a la campiña cubana, allá, allá lejos en el lugar en el cual los ojos amaron por primera vez al terruño amado y nunca olvidado. Allá, allá en donde el hogar primero nos rodeó de amor con un cielo distinto, con una flor y un ave, portadores de la belleza de nuestra isla.
“Lomaciega
mi madre cantando
tonadas quejumbrosas sin guitarra-
mientras vencía
la mugre
de rústicas camisas.”
Lomaciega, es para este poeta “Pureza inmemorial de los sonidos”. “soy tu arroyo, soy tu abeja”. Todo es verso en los recuerdos del poeta. Todo suena alegre en aquel pedazo de tierra. Lomaciega, llegada, abrazo, partida, lágrima ya seca en el camino. Lomaciega es raíz, quedada bajo la tierra de la patria. Quizá por ella, este poeta puede ser triste, pero tiene también siempre una sonrisa atravesando sus versos, recorriendo sus sueños.
“Traigo un sinsonte muerto sobre el hombro,
quiero escribir
y lloro.”
Puedo ver en sus imágenes la tristeza, quizá esta vez sin lágrimas, pero con dolor de renuncia y de entrega. No escribe, porque su corazón a veces triste, no quiere, llora porque es la gran ofrenda del hombre ante el dolor de una muerte.
Velo de Cristal, encierra las vivencias del hombre que vive dentro del poeta. Sus recuerdos más queridos, la pureza de sentimientos en cada verso y la presencia del cubano criollo.
Yo, quisiera hacer versos, para poder escribir acerca de lo que su obra merece, pero
como el poeta amigo “quiero escribir y lloro.”
La ciudad de Hialeah, bajo la dirección de su alcalde, Julio Robaina, mantiene un programa dedicado a dar un espacio a todos los que tienen enseñanzas para niños, jóvenes y adultos. Gracias a esta gestión podemos disfrutar de eventos capaces de llevarnos a la cultura y al arte. Por eso, asistimos allí a una sesión presentada por la Editorial Nueva Prensa Cubana, la cual nos llevó por los caminos de sueños, verdades, deseos por cumplir y sobre todo de cubanía. Asistíamos a la presentación del libro de poemas Velo de Cristal, escrito por el ex preso político Manuel Vázquez Portal.
Desde el principio escuchamos voces de maestros. El señor Carlos Hernández, Presidente del Consejo de la ciudad, nos habló del beneficio del programa y dio la bienvenida a los asistentes. Nancy Pérez Crespo con su palabra de recuerdos, nos llevó en un viaje atravesando el pasado, en los primeros pasos de la cultura del exilio, representada en años anteriores por la Editorial Sibi, su primer regalo a los que en aquella época tratábamos de mantener la idea de patria y libertad, para que el recuerdo de Cuba no muriera. Alvaro Alba, fue el portador de la presentación. Su capacidad intelectual y el conocimiento de la obra dieron una visión clara del contenido del libro. Julio Shilling, maestro de ceremonia, con sentido emocionado dio lectura a una carta del poeta Alfonso Quiñones, dirigida a Vázquez Portal, la cual llevó lágrimas a sus ojos. El Alcalde Julio Robaina, nos dio la bienvenida y tuvo palabras de acogida para la labor de ese día. El acto lo cerraron Rachel Simhon, con una exquisita traducción al inglés de los versos del autor y el poeta, que con su voz especial nos condujo por los caminos llenos de sueños de su vida. Me impresionó, la gran cantidad de hombres y mujeres cubanos, asistentes al acto. Llevaban un rastro de melancolía en la mirada, pero sus bocas sonrieron cuando los versos del poeta les tocaron el alma.
En los asistentes, en las palabras y en la emoción de todos quedó claro que nuestro exilio, tiene un objetivo principal, la liberación de Cuba. Vamos a recuperarla y a fabricarla de nuevo, vamos a llenarla de democracia, nacionalismo y de cubanía. Vamos a sudarla con el sudor de todos convertidos en obreros de la patria y vamos a bañarla con versos de poetas. En el proceso de espera, debemos hacer patria, crear espacios para las ideas y palabras para expresarlas. Para eso llegamos a esta tierra los cubanos, con pasos destinados a mantener el deseo y el impulso de regresar. Para impedir que el sueño llegara a ser realidad, los Castro respondieron a nuestras acciones con cárceles y paredones. La vida entre rejas ha ido dejando huellas, siempre amargas, pero el dolor se ha quedado en la esencia del verso de nuestros poetas prisioneros. Ellos lograron que la esperanza y el sueño no los abandonaran, porque tenían una misión. Por eso, Vázquez Portal, pudo sonreír cuando leía sus versos al exilio, en un día de emoción para todos. ¡El, cumplía su misión en ese día!
Cubanía, es nuestro primer nombre. Hay un sentido de permanencia en la palabra. Nuestros hombres y mujeres cubanas, llevan a la cárcel castrista y traen al exilio, un sueño eterno, marcado en la pupila con una palabra: libertad. Vázquez Portal, sufrió en la prisión largas noches y tristes amaneceres. No podía contar las estrellas, no podía abrazar a la mujer amada, ni al hijo extrañado, pero podía llevarlos al pensamiento en cada palabra y convertirlos en versos. Así, sus ojos creían dormir cada vez que terminaba un sueño.
La poesía de este poeta, aclara el espíritu y lo eleva para llegar como en un vuelo a la campiña cubana, allá, allá lejos en el lugar en el cual los ojos amaron por primera vez al terruño amado y nunca olvidado. Allá, allá en donde el hogar primero nos rodeó de amor con un cielo distinto, con una flor y un ave, portadores de la belleza de nuestra isla.
“Lomaciega
mi madre cantando
tonadas quejumbrosas sin guitarra-
mientras vencía
la mugre
de rústicas camisas.”
Lomaciega, es para este poeta “Pureza inmemorial de los sonidos”. “soy tu arroyo, soy tu abeja”. Todo es verso en los recuerdos del poeta. Todo suena alegre en aquel pedazo de tierra. Lomaciega, llegada, abrazo, partida, lágrima ya seca en el camino. Lomaciega es raíz, quedada bajo la tierra de la patria. Quizá por ella, este poeta puede ser triste, pero tiene también siempre una sonrisa atravesando sus versos, recorriendo sus sueños.
“Traigo un sinsonte muerto sobre el hombro,
quiero escribir
y lloro.”
Puedo ver en sus imágenes la tristeza, quizá esta vez sin lágrimas, pero con dolor de renuncia y de entrega. No escribe, porque su corazón a veces triste, no quiere, llora porque es la gran ofrenda del hombre ante el dolor de una muerte.
Velo de Cristal, encierra las vivencias del hombre que vive dentro del poeta. Sus recuerdos más queridos, la pureza de sentimientos en cada verso y la presencia del cubano criollo.
Yo, quisiera hacer versos, para poder escribir acerca de lo que su obra merece, pero
como el poeta amigo “quiero escribir y lloro.”
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