El pueblo hondureño ha dado tremenda muestra de valor e inteligencia, de saber qué es lo mejor para ellos. Las manifestaciones a favor del nuevo gobierno y en contra del corrupto y pichón de dictador, Manuel Zelaya, lo dicen todo. Hay que ver las fotos de los fascinerosos que piden que regrese el depuesto presidente, con palos, hierros, con pasamontañas en sus caras, y con una violencia extrema. La otra parte del pueblo, con la mayor decencia y sabiduría, piden paz para su nación y que se mantenga la democracia. No quieren las injerencias de Cuba, Venezuela y los países títeres de éstos. Están más claros que el agua estos hondureños. Y la OEA, la asquerosa OEA con el socialista radical de Insulza como presidente, simplemente dan ganas de vomitar: aceptan a un tirano de medio siglo, al heredero de ese tirano, al golpista de Chávez y a cuanto presidente electo corrupto en el poder, pero no acepta que a su hermano ideológico lo depongan por corrupto y guapo de barrio. Pedir un bloqueo a Honduras es ambigüo, son los mismos que chillan y patalean por el embargo norteamericano a Cuba. Quieren asfixiar al noble pueblo hondureño. De verdad que la OEA, la ONU, la EU y hasta el gobierno norteamericano de turno, dan asco.
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