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Ya llegaron a España los primeros siete prisioneros políticos regalados al canciller Moratinos, el mismo que se ha prestado para todo este show mediático en nombre del levantamiento de restricciones de la Unión Europea. Me alegro mucho, muchísimo por esos presos que, al menos, ahora están libres...pero desterrados. Como estamos muchos, fuera de Cuba haciendo lo que podemos. Cuba sigue ahí, enrejada desde el Cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí. Sigue bajo la bota militar de una dictadura nefasta y cobarde. Estamos en un momento realmente difícil, no como dijera el cobarde de Héctor Palacios, que "es el paso más serio que ha dado el gobierno en los últimos 50 años". Casi hace una novelita a lo Corín Tellado. Cuba sigue inmóvil, paralizada en 1959 con un viejo cagalistroso, balbuceante y con ojos de cuervo viejo hablando estupideces. Los periódicos del mundo le siguen llamando "presidente". ¡Qué patético!

También Oscar Espinosa Chepe está de plácemes. Para él han llegado los cambios. Más bien, sus cambios, los que cree o quiere hacer creer a todos. Su Raúl Castro se mueve, aunque realmente a los que ha movido son a los presos políticos y sus familiares: los sacó de Cuba, los desterró para quitárselos de encima y quitarse la presión internacional. Y como dijo Fariñas: "hay que quitarle el stress al gobierno". Lindo pensamiento, ¿no?

Siempre el tiempo es quien da la razón. Quedan muchísimos presos políticos que no saldrán detrás de esas inmundas rejas. Allí seguirán pateados, torturados, golpeados, encerrados en celdas de castigo, porque el mundo ya se ríe alegremente de los cambios en la isla. ¡Wow! Cuba se ha abierto al mundo, ahora hay que quitarle la presión al general...¿o al coma-andante que salió por TV? Hay que levantar restricciones para que entre mucho crédito a la dictadura. De esa manera podrá comprar más botas, tonfas y armas para seguir reprimiendo. A fin de cuentas ya todos creen que en Cuba, señores, no pasa nada.