El sandinista y amigo de la dictadura militar cubana, ahora presidente del sexagésimo tercer período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (y basura, que es lo mismo), se encuentra en Cuba diciendo que "el caso de los cinco es una aberración jurídica", aunque más bien una aberración política es su mentalidad comunista, colaborador de la dictadura castrista, como le llaman: "revolucionario", además de sacerdote. Sabrá Dios qué tipo de "sacerdote", si es como muchos que ya conocemos y que llegaron, incluso, a Obispo. Este parcializado y despreciado personaje está abogando por los cinco terroristas encarcelados en los Estados Unidos y pidiendo al presidente Obama que le otorgue permiso a dos de las esposas, terroristas ellas también. Fue más lejos aún y dijo: "que los pongan de inmediato en libertad".
No obstante, señorito d'Escoto, tendrá que esperar que esos cinco HP cumplan sus condenas, aunque dudo que uno de ellos las termine y salga caminando de la prisión, pues tiene dos cadenas perpetuas. Así que, sigue lamiendo las botas del dictador de facto, Raúl Castro, las pantuflas de su insepulto hermano, pues nada de esto podrá lograr con su cargo en Naciones Unidas que, por cierto, junto a la OEA y otras basuras de organizaciones por ahí, terminarán en el basurero de la historia.
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