Mientras Juanes y comparsa siguen empecinados en hacerle el juego a la dictadura militar de La Habana, los presos políticos siguen padeciendo los horrores del encierro en un régimen que no se compadece del dolor del pueblo cubano. Todo lo contrario. Hoy Ariel Sigler Amaya sigue en delicado estado de salud. Su madre, Gloria Amaya González, de 81 años de edad pide se haga justicia antes que su hijo se le muera. ¿Dónde está la bondad de Juanes, de Olga Tañón y de todos esos que aplauden tiranías en nombre de una paz inexistente en la isla? ¿Dónde está el perdón de Olga Tañón y su cristianismo barato?
Vamos, que si no fuera por lo triste de todo esto, habría que reirse de todos estos payasos, farsantes que viven de sus canciones y de sus falsos comportamientos humanos.
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