CRÓNICA DE UN CONCIERTO FRACASADO.

CRÓNICA DE UN CONCIERTO FRACASADO

Por: Iliana Curra

Terminó el concierto del representante de la dictadura castrista, Pablo Milanés, quien el 27 de agosto de 2011 hizo historia en Miami: cantó para algunos que pagaron su ticket, para muchos que se los regalaron y para algún que otro exiliado que tomaron posiciones de definición . Ya era hora.

La protesta contó con una parte del exilio que hizo presencia frente al concierto desafinado de un hombre que canta bien, pero piensa y actúa mal, Alguien que dice en Cuba lo que quiere escuchar el castrismo y aquí, lo que quieren escuchar los moderados, bajo la premisa de quien quiere ser un contestatario, pero “revolucionario”. Como se presenta él mismo: un “revolucionario crítico”, lo que pasa es que ya sabemos que la dictadura no acepta críticas, a no ser que sea ella misma quien las ordene. Esto es difícil de entender para quienes no la han vivido.

El mismo Pablo Milanés se declara “antiimperialista por excelencia”, pero viene a cantar al “imperio” norteamericano, a consumir sus productos (incluso los consume en Cuba), a llamarnos “grupúsculo” como nos llama la dictadura, y a hablar de tolerancia, el mismo que tuvo que sufrir en carne propia la intolerancia de su revolución. Creo que al salir de la UMAP sufrió un serio problema mental que en psicología le llaman el Síndrome de Estocolmo, quizás lo mismo que está padeciendo nuevamente (después de haberlo superado), Carlos Alberto Montaner, a quien he respetado como escritor, pero como cubano está dejando mucho que desear. El hombre de los “puentes de plata” debería también estudiar arquitectura, si de puentes se trata el problema de Cuba.

Y qué menos se podía esperar de alguien como Joe García, el candidato político que nunca gana. Babeado por un Pablo Milanés a quien ni siquiera conocía, pues les garantizo a todos que no podrá jamás ni siquiera tararear una canción del artista, pero tenía que ir allí, darle la mano y provocar al exilio que lo detesta por lo fantoche que siempre ha sido.

Enrique Patterson cumplió su palabra y fue a ver cantar al representante de la misma dictadura que lo pateó en Cuba, la que todavía lleva las riendas del poder por la fuerza y la represión. Unas horas después esa misma dictadura arrestaba y golpeaba a dos mujeres indefensas y pacíficas. ¿Ironías del destino? No lo creo. Complicidad, sí.

Lo mejor que nos ha pasado con este fracasado concierto, es que las personas han tomado posiciones reales. Se han definido cada uno en el lugar que le corresponde, y eso es bueno. Ya no engañan a nadie.

Yo, personalmente, me siento satisfecha. La protesta fue un éxito. Vivimos en un país que nos da la posibilidad de hacer lo que hicimos muchos en Cuba, pero sin que nos golpeen, ni arresten. Esa es la diferencia.

Ellos, los que se convirtieron en cómplices de alguien que simboliza una tiranía, quien canta que prefiere que se hunda la isla en el mar antes que perder la “gloria que se ha vivido”, que todavía no sé cuál es, les quedará para siempre el amargo sabor de haber compartido con la infamia, pero eso ya es un asunto de conciencia.

Quería agregar que el titular de Martinoticias que dice: “Pablo Milanés aclamado al cantar en Miami y repudiado por “ser de “izquierda”, es un bochorno y un insulto a los que contribuimos para que los cubanos reciban verdadera información y no sutiles mensajes en contra del exilio. No sé de dónde sacaron que éramos “una manifestación de unas 100 personas disgustadas”, la próxima vez deberán enviar a alguien que, al menos, tenga más precisión en las matemáticas, aunque si éramos 100 o 2 personas, la dignidad sobraba en ese lugar.

http://www.martinoticias.com/noticias/Pablo-Milanes-aclamado-al-cantar-en-Miami-y-repudiado-por-ser-de-izquierda-128553613.html

Pero resumiendo, el concierto fue un total fracaso, como lo fue también el de Silvio Rodríguez en Orlando, pero más que todo eso, un mensaje a aquellos que intentan proyectar una imagen de cambios en una tiranía comunista que el único cambio que ha tenido en medio siglo, es de dictador y, para desgracia nuestra, con el mismo apellido.

No puedo dejar de mencionar una entrevista realizada por TV Martí a Pablo Milanés hecha por Vanessa Ruíz, alguien que conoce de Cuba lo que yo de astronomía, donde dice al final: "¿No es irónico que tanta gente que ha ido en busca de la libertad y ahora estén intentando censurar? ¡Es una ironía! ...O sea, ¿cuándo tu ves esas cosas, qué pasa por tu mente, Pablo?

Me gustaría que un representante de la narco-guerrilla de las FARC viniera a Miami y los colombianos salieran a protestar y ella preguntara por qué lo censuran. Si estuviera entrevistando a un nazi, no se le ocurriera decir eso de los judíos. Pero, claro, se trata de Cuba. Ella no le hace realmente una pregunta, le confirma lo que siente.

http://www.martinoticias.com/noticias/Pablo-Milanes-concede-una-entrevista-exclusiva-a-Radio-y-TV-Marti-128482468.html

Todos esos que salieron felices de oír a Pablo Milanés, deberían hacerse un examen de conciencia y preguntarse qué hacían en ese desentonado concierto mientras a cuatro mujeres que protestaron pacíficamente en las escalinatas del Capitolio Nacional en La Habana las habían maltratado impunemente, y a otras dos, apenas unas horas después eran arrastraban por calles habaneras por parte de hombres sin escrúpulos. Tal parece que la falta de valores a veces contagia.