ENTREVISTA A ARTURO SUÁREZ RAMOS. POR: MANOLO POZO

ENTREVISTA: Arturo Suárez Ramos y su Causa (parte 1)

Conocí a Arturito en el año 1989 en la prisión Combinado del Este. Llegué con mis amigos del Movimiento Integracionista Democrático desde el área de Los Candados, al cuarto piso del edificio número 2, donde se ubicaba el Presidio Político Cubano en su última concentración. Dentro de los magníficos muchachos que nos recibieron estaba este insistente activista de los derechos humanos con el que rapidamente me identifiqué.

Dejé de ver a Arturito Suárez en el año de mi destierro hacia España (1991). Ha pasado mucho tiempo para mí y mucho más para él. El señor Ramos arribó a Madrid, España el 21 de octubre del pasado 2010 después de 23 años y 7 meses de severo cautiverio político. Hace unas semanas pudimos contactar y he ido poniéndome al día de todo lo que vivió después que lo dejé en el Combinado, a donde él regresó posterior a todos los rumbos sufridos de su cárcel.

Arturo Suárez fue a prisión por intento de secuestro de un avión en el año 1987. Su causa fue ampliamente divulgada por los deferentes medios de prensas cubanos e internacionales. Dada la connotación de lo sucedido y su historia dentro del presidio político le propuse a Arturo hablar sobre el hecho. Sin nada que negar y mucho que proponer tocamos de esta forma el tema.

MANOLO POZO (M): Arturito ¿ Cuándo fue el intento de secuestro. Qué edad tenían tú y quien te acompañaba, en el momento del hecho?

ARTURO SUAREZ (A): El intento del desvío de la aeronave se hizo el 10 de marzo de 1987. acababa de cumplir 23 años. Y Juan Carlos Jiménez quien murió en el intento tenía entonces 24 años.

M - Arturito ¿Qué los impulsó a llegar a aquella acción?

A - Mi amigo Juan Carlos estaba huyendo de un operativo de la Seguridad del Estado que lo había ido a detener por un supuesto delito de Salida Ilegal, en aquel entonces fuertemente sancionado. En mi caso personal, pienso que gobernaron algunos conceptos equivocados de la edad y en unos minutos me vi involucrado en una acción contraria a mi condición humana. Recuerda Pozo, que el hecho ocurre dentro del contexto de un sistema totalitario que niega el derecho ciudadano a viajar libremente, ideologiza y educa desde la niñez el apego a la aventura loca y violenta. Promulga simpatías hacia la guerra. Es un régimen con argumentos de muerte, belicismo y odios.

M - ¿Cómo recuerdas ahora aquella decisión, después de tu vida y prisión?

A - La juventud no es excusa. Considero que ninguna acción violenta puede esgrimir derechos. Luego de vivir la mitad de mi vida en prisión me analizo firmemente arrepentido y me encomiendo a cualquier tribuna libre, desde donde pido perdón a Dios y a los hombres por aquel inconsulto incidente. Dios sabe que de aquel día (por la acción y los resultados) siempre estaré arrepentido. Añado: una acción no puede marcar definitivamente a una persona o clasificarla dentro de un grupo determinado. El peso de toda una existencia es quien determina.

M - Háblame un poco de ese tiempo Arturito, del tiempo que estuviste en capilla esperando la ejecución ¿Cómo manejaron los carceleros y la Seguridad del Estado este proceso?

A - Fui sancionado a la Pena Capital por un delito mal tipificado de Piratería Aérea, en la causa 16-87. Conducido al pabellón de los condenados al fusilamiento -RECTANGULO DE LA MUERTE-, de la prisión Combinado del Este, donde estuve en condiciones de total atropello alrededor de un año; sin contacto familiar, aislado e incomunicado en menoscabo de la dignidad humana. Indescriptible el ultraje diario. Me avisaron el fusilamiento más de una vez en este tiempo, que quiere decir las veces que me preparé para morir. Lo que considero una tortura sin límites.

M - ¿Qué ocurrió cuándo te sacaron del RECTANGULO DE LA MUERTE? ¿ A dónde te llevaron y cómo llegaste al Presidio Político?

A - Llegué al Presidio después que se conmutó la pena de muerte. Mi sanción quedó en 30 años. Hubo una breve escala en "solitaria" y de allí me llevaron al 4to piso que tu conociste. Con mi llegada al Presidio Político inicia mi compromiso con la defensa, vigilancia, divulgación de libertades y derechos de todas las personas. Me sumí, como tu sabes en esa gestión que cambió mi vida. Decido contribuir al desgaste de la maquinaria, casi perfecta, de terror conque la tiranía militar deshace la soberanía del pueblo.

M - Te conocí en 1989 cuando llegué al Presidio Político. Entonces eras uno de los presos más activos del piso en la actividad de denuncias..., ¿Cómo te involucraste en esa actividad? Recuerdo las revistas que hacías en el Presidio y que lograban salir al exterior, háblanos de éso.

A - Esta militancia de activismo me pareció de alguna forma una continuidad de las luchas del Presidio Político Plantado. Desde el liderazgo y la orientación de aquellos hombres y mujeres históricos que educaron mi conciencia, convicciones y estatus. En septiembre de 1988 se me hace miembro del Comité Cubano pro-Derechos Humanos, seguido asumo la responsabilidad de crear una filial del Partido Pro-Derechos Humanos en la prisión. Dentro de mi labor dentro de la cárcel dirijo la última tirada de la revista EL DISIDENTE, elaborada con recursos manuales y puedes imaginarte cómo salió a la calle y al exilio.. Su fundador fue Tulio Arias Quiñones, que no sé dónde anda hoy día. Seguido, en el año 1989 junto a Lucio Lino Alonso Bretaña, fundamos la revista bimensual de 100 páginas EL MARTIANO y el boletín de igual nombre que se destinada a la educación humanitaria y patriótica de la población penal común, o sea circulaba dentro del presidio común, algo que enfureció a las autoridades penitenciarias. En 1991 gesto y dirijo lo que fuera el último suplemento de la revista oficial del Presidio, titulada IDENTIDAD, en colaboración de Luís E. Linacero, Ares Nazco Marrero, Manuel Regueiro Robaina, Manolo Pozo, Alfredo Jiménez (fallecido en España), Guillermo Campos y Esteban González. Otra generación del Presidio me ayudó en aquella revista; los plantados históricos Ernesto Díaz y el desaparecido preso político más antiguo del mundo, Mario Chanes de Armas entre ellos, quienes prestigiaron aún más la revista.

(Fin de la 1ra. parte)