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JOSE MARTI.

miércoles, 4 de abril de 2012

¡LIBRENOS DE ESA IGLESIA...! POR: MANOLO POZO.

¡Líbrenos de esa iglesia..!

Por: Manolo Pozo
Todo el alboroto de la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba nos dejó un resumen negativo en relación al papel de la alcurnia católica en el desarrollo de la lucha civilista y de la oposición cubana contra el régimen comunista.

Más de uno advertimos lo poco que nos apoyaría esa visita a los que esperamos sucesos definitivos en la isla; al tiempo que dejábamos saber del beneficio político que proporcionaría algobierno de Raúl y Fidel Castro ese paseo de misas, encuentros entre amigables oficiales de estados y fastuosas citas esperanzadoras, aunque poco específicas.

Y así fue. Lo que algunos sospechamos con desaliento fue sobre cumplido. La gira Papal certificó la continuidad de la tiranía castrista. Las homilías se limitaron al aliento litúrgico, al proselitismo de una iglesia atacada y casi exterminada por los gobernantes abrazados y perdonados por Juan Pablo II hace 14 años y ahora por Benedicto XVI.

Después de la retirada del Papa algunas prebendas comienzan a despacharse en Cuba. El domingo 2 de abril en primera plana se anuncia la celebración oficial de la Semana Santa y el feriado del viernes santo parece que es el primer regalo excepcional del Vaticano desde las Pascuas de Navidad negociadas por Juan Pablo en aquella memorable visita de 1998. El gran objetivo de la iglesia no tiene mucho que ver con las libertades fundamentales de los cubanos. La misa de Santiago de Cuba, la visita conmemorativa a la iglesia del Cobre y las parábolas en suspenso del Papa visitante no cumplieron con la esperanza de la mayoría de los cubanos.

La iglesia católica debe estar en función del pueblo sometido. Esperamos una iglesia aliada, cristiana y libertadora. Muy poco resuelven los sermones piadosos y las alianzas con el poder comunista.

Días antes de la llegada del Papa, el Cardenal Jaime Ortega se puso literalmente al lado del régimen cuando entregó a 13cubanos que entraron en una iglesia de la capital con una lista de demandas y denuncias contestatarias, reclamando al régimen todas las libertades y derechos que les corresponde a los cubanos. La conducta del Cardenal debió ser desaprobada firmemente e inmediatamente por el Vaticano y por el propio Sumo Pontífice, pero no...,una desafortunada reunión del jerarca católico con el depuesto gobernante Fidel Castro fue más que elocuente para entender cómo actuarán las autoridades católicas en estos casos.

Escuché atentamente cada homilía y cada declaración del Papa en sus días por tierra cubana. Al discurso sacerdotal de Benedicto XVI le faltó lo que la mayoría de los cubanos dentro y fuera de la isla queríamos escuchar; se omitió el señalamiento preciso, la denuncia de Dios contra los tiranos abusadores y entronizados por más de medio siglo en el poder

En esos días de entendimientos y estrechones de manos de la comitiva del Vaticano con Raúl y demás dirigentes comunistas, la oposición cubana se quedaba sin señales en sus celulares (incomunicados), más de 300 arrestos e intimidaciones aislaban a los opositores de las misas y actividades religiosas, sin el menor interés del Papa y de los pastores católicos por la suerte de ese pueblo creyente de Dios y desventurado.

La represión se manifestó en las narices del Sumo Pontífice, cuando un valeroso santiaguero se enfrentó -con la palabra- a las fuerzas de la Seguridad del Estado, gritando "¡Libertad" y "¡Abajo el comunismo!"...Esa fue la eminente hazaña de los eventos de esos días; a lo que aún no se ha pronunciado el Vaticano y mucho menos el Cardenal Ortega, allá en La Habana. La suerte del señor Andrés Carrión Álvarez quien ya fue identificado por los opositores de la región oriental permanece sin conocerse. Hoy Domingo de Ramos podemos desearle lo mejor a ese compatriota que el pasado lunes 26 de marzo se convirtió en el heroico protagonista de la Plaza Antonio Maceo, en Santiago de Cuba.

Definitivamente la visita del Papa Benedicto XVI será recordada por lo conveniente que le resultó a Raúl Castro y sus poderes los convenios y "caridades" que obtendrá de esa iglesia que vivió por década en real ostracismo nacional. De pronto los centenares de curas expulsados y encarcelados, la clausura de la mayoría de las iglesias y recintos religiosos, y la negación absoluta de Dios por parte de un gobierno abyecto, se vuelve un borrón y cuenta nueva para bien de los victimarios.

Personalmente siento continuar en fe y práctica dentro de la iglesia de mi bautizo y la de los grandes ejemplos y misiones que la hacen santuario de la historia, aunque me desligo por principios de la actual curia católica con la que hace mucho tiempo tengo diferencias irreconciliables.

¡Bendiciones en esta Semana Santa!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece que es prácticamente imposible declararse católico y oponerse a las enseñazas de la Iglesia. Le recomiendo alr Sr, Pozo que cambie de Iglesia para que se sienta satisfecho.

Manolo Pozo/ Miami,fl dijo...

Y yo te recomiendo que interpretes mi malestar por esa fracción de la Ilglesia Católica. La enseñanza de la iglesia no predica abandono de sus fieles. La iglesia respalda a los perseguidos. Esa es la Iglesia histórica que yo conozco. La iglesia sin merodeos, del pueblo y no de los gobiernos.