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JOSE MARTI.

jueves, 5 de agosto de 2010

EL MALECONAZO - (ARTÍCULO)

En la foto (arriba) se ve a un agente de la Seguridad del Estado apuntando con una pistola contra la revuelta del "Maleconazo".

Este artículo lo escribí hace unos años, no pensé postearlo hoy en el blog, pero creo que vale la pena volverlo a leer. Ya hace 16 años del llamado popularmente "maleconazo" donde la juventud, especialmente la juventud se lanzó a las calles sin pensarlo dos veces. Fue una explosión social que el régimen luego supo encausarlo a donde siempre: un éxodo masivo. ¿Pudiera hacerlo nuevamente? Creo que no.

Por: Iliana Curra

Una tensa situación en la isla provocada por el hundimiento del remolcador “13 de Marzo” y el continuo secuestro de lanchas de pasajeros que cubrían viajes entre el ultramarino pueblo de Regla y La Habana, terminó en una manifestación espontánea y violenta por parte de jóvenes que, cansados de soportar al régimen castrista, se lanzaron a las calles habaneras para demostrar sin reparos la frustración que los ahogaba.

Fue el 5 de agosto de 1994. Un verano caliente con los acostumbrados apagones. Hacían ya 14 años del masivo éxodo del Mariel, y la presión política y social estaba a tope nuevamente. Se desbordaba.

El secuestro de una lancha de pasajeros fue la primera chispa que brotó para activar en la población el deseo de abandonar el “paraíso” de Fidel Castro. Los “hombres nuevos” formados por la revolución, siempre con su mirada al norte, abrigaban la esperanza de la huída. No importa cómo, ni en qué condiciones. La cosa era huir de la patria que nunca les proveyó libertad.

La serie de secuestros de las naves marítimas animó a la gran mayoría descontenta de la isla, especialmente en la capital, y una concentración en el área del malecón no se hizo esperar. El rumor de un éxodo era suficiente para que los ánimos se caldearan y la adrenalina brotara por los poros. Parafraseando al escritor pro castrista, Lisandro Otero, se rebosó “la justa cólera de los martirizados”.

La policía política, tratando de controlar a las delirantes masas que se estacionaban en el área, intentó desviarlas, y con sus perpetuas culpas al imperio, pretendió inútilmente encaminarlas frente a la Sección de Intereses de los Estados Unidos.

Pero las cosas no le salieron bien esta vez. La manipulación no fue posible, y la juventud, enardecida y violenta, arremetió contra todo lo que significaba desigualdad social. Los cristales del hotel Douville y de cuantas tiendas que vendían en dólares en la céntrica Habana fueron destruidas en cuestión de pocas horas. Las calles fueron tomadas por jóvenes y adolescentes que, ansiosos de libertad para expresarse, hicieron barricadas con los contenedores de la basura, y de los viejos edificios tomaban pedazos de repellos que servían como proyectiles para lanzar contra la policía que los reprimía brutalmente. Los arrestos fueron masivos y La Habana se convirtió en un caos.

Llegué al área del Malecón cuando aún quedaban brotes de protestas. Unos muchachos del barrio que habían participado en ellas me comunicaron lo que estaba sucediendo, y sin pensarlo dos veces, me dirigí en mi bicicleta china al área del conflicto.
Era algo parecido a una película. Nunca antes había visto tanta exaltación en la gente. Mucho menos un enfrentamiento masivo contra las fuerzas represivas de un régimen que aplasta todas las libertades civiles del pueblo cubano. Pude ver a innumerables jóvenes esposados y conducidos por grandes cantidades de policías que, al pasar cerca de los balcones de edificios aledaños, eran confrontados por otros muchachos que les gritaban: “¡asesinos!”, “¡esbirros!”, y la frase más coreada era: “¡libertad!”, “¡libertad!”. Era como el desahogo masivo de gentes que por años guardaban dentro de sí el enorme deseo de ser libres. Una libertad que nunca habían conocido.

La represión no se hizo esperar, y el régimen lanzó a las calles turbas paramilitares compuestas por la brigada Blas Roca Calderío, constructores devenidos en porristas de un sistema que los explotaba al máximo en su trabajo.

Los agentes de la Seguridad del Estado, vestidos de civil, aparecieron fotografiados en periódicos internacionales con sendas armas apuntando a la población indefensa. La policía pateó a cuanto joven capturaba y los disparos de sus pistolas intentaban controlar una situación que hubiera sido el final de una dictadura que se resiste a perder el poder aunque tenga que masacrar a todo un pueblo.

Jeeps de asaltos con ametralladoras de 70mm recorrieron las calles habaneras, incluyendo barrios lejanos al Malecón. Esta demostración de fuerza y clara amenaza contra la población no me dejó dudas de que dispararían en el momento en que llegara la orden por parte de la alta jerarquía de la tiranía. Más aún, la orden estaba dada.

Miles de jóvenes fueron encarcelados en prisiones de extremo rigor como Kilo 8 en Camagüey, y la represión se acrecentó al máximo contra los opositores pacíficos, culpándolos del desorden creado en una Habana enardecida y caliente. Los arrestos fueron masivos y apenas muy pocos quedaron en la calle para denunciar lo que sucedía. Las líneas de teléfonos al exterior fueron interrumpidas y solo las imágenes de periodistas acreditados en la isla pudieron ser vistas por ojos espantados de cubanos en el exilio que carecían de la información necesaria.

El resultado fue, una alta cifra de prisioneros, innumerables arrestos y una válvula de escape llamada éxodo masivo que inundó las aguas del norte de La Habana, teniendo que ser desviado hacia la Base Naval de Guantánamo por guardacostas norteamericanos hasta su posterior pacto migratorio que determinaría quién tiene los pies secos o mojados. Castro “limpió” el campo y muchos de los opositores que nos quedamos fuimos a parar a prisión poco tiempo después.

Pero el “Maleconazo” fue un espantoso grito desde la oscuridad. Un descubrimiento interno de cada joven de encontrar la libertad que no había conocido desde que nació Fue el escape de la desesperación permanente dentro de cada cubano reprimido. Es una lástima que no supimos encausarlo debidamente. Nos faltó nivel de convocatoria, espontaneidad y experiencia política...No obstante, otro “maleconazo” todavía pudiera estar pendiente.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante artículo. Desde una perspectiva muy personal, claro está. La frase “nos faltó nivel de convocatoria, espontaneidad y experiencia política” me suena a manual soviético. Ni siquiera Ud., tan rabiosamente anticastrista, puede desprenderse del lenguaje "tecoso" que aprendió en Cuba.

Politicamente Incorrecto dijo...

--Anónimo, estimado y letrado congénere; desprenderse de ciertas actitudes aprendidas es dificil, como por ejemplo es muy dificil desprenderse de ser anticubano como bién nos ha enseñado nuestro comandante en jefe, el compañero Fidel u odiar a los amantes de la libertad como también nos ha indicado el Lider Histórico de la Revolución ó hacer daño por hacer daño como casualmente nos ha ilustrado el amado lider. Que bién contar en este Blog a alguien como usted que rebosa sabiduría y visión tan clara del futuro. Hasta la victoria siempre compañero !!!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Asere Cubano dijo...

Hasta cuando hay que esperar por lo prometido, señores revolucionarios llevan 51 años enfrascados en construir un paraíso y el paisaje cada vez se torna mas funambulesco dada su similitud con el infierno.

Iliana Curra dijo...

Gracias a Iván y a Guille.
Anónima: sigues empeñada en entrar al blog para emitir tu veneno, pero no importa, eso para que veas lo que significa estar en democracia, mientras que los cubanos de la isla no tienen esa opción.
A Pistolita de Agua vayan a leerlo a su asqueroso blog, a no ser que sea él mismo quien entra, como sé que hace a cada rato. ¡Por Dios, qué asco!

Anónimo dijo...

Curra pistolita de agua te mando saludos desde La Habana

Iliana Curra dijo...

Gracias, dile que asalte ahora con su pistolita de agua a la sede del Comité Central del Partido y que le pida luego el dinero de la fianza a Inmunda y al enano Aruca.

Anónimo dijo...

Iliana sientes una profunda envidia en tu interior por que tu intelecto jamas llegara al de Varela, y si de cojones se trata, espero ver algun dia que le des una galleta a varela, o tu o tu hermano da igual, en fin en el fondo le tienes un miedo a VARELA que te cagas, mas miedo que a las negras chusmas de Cuba, que ves todos los dias en tus pesadillas.

Anónimo dijo...

Varela , intelecto?

Anónimo dijo...

Lo del “intelecto” de Varela es una broma de mal gusto. La Sra. Curra no es santo de mi devoción, incluso he criticado varias veces lo que ella escribe en este blog, pero no veo razones para que le tema a Varela. Ese hombre es un pobre diablo que ha vendido su pluma no al mejor postor, sino al único que está dispuesto hoy a alquilársela: el régimen castrista. En sus artículos, más que la gracia que transmitió algún día, lo que aflora es frustración, mezquindad, rencor y cobardía. Es increíble cómo se ha arrastrado durante estos últimos meses y a cuánta gente honrada ha ofendido para que la dictadura le permitiese regresar a la cochambre aquella de la cual nunca debió haber salido. Entre José Varela e Iliana Curra, por supuesto que la prefiero a ella.

Anónimo dijo...

Te equivocas Varela se enfrenta a Iliana y todos los verticales juntos en su propio terreno en las narices de ellos, en las calles por donde el camina, muestrame una foto donde Iliana o cualquier otro que dice tener berocos lo confronta o lo reta

Anónimo dijo...

ABUSO INFANTIL

Fantomas acaba de publicar en su blog el comentario anterior donde aparece una foto de Varela con su hijo Nino. Pobre criatura si Varela decide llevarselo para Cuba

Anónimo dijo...

donde Iliana o cualquier otro que dice tener berocos lo confronta o lo reta

Varela esta en probatoria y un falso movimiento o una agresion a cualquier ciudadano en Miami lo llevaria a la carcel : minimo 10 años de prision

Politicamente Incorrecto dijo...

--Varela es sencillamente un pobre diablo que en la agonía de una dictadura sangrienta y probadamente asesina, la defiende, " hombres " como Varela solo inducen a un tipo de lástima que se confunde con asco, con la repulsión más nauseabunda; darle una galleta a Varela es embarrarse la mano de heces fecales, es pisar mierda.

Anónimo dijo...

La teoria del pendejo

Anónimo dijo...

En Miami Varela es un intocable y la gente le tiene miedo

Iliana Curra dijo...

Me estoy muriendo de miedo y me he comprado una ametralladora (como la que usó pistolita cuando asaltó el cuartel del Herald)... je je je...Ya no duermo, no vivo, el miedo me invade, me aterra, me hace ver alucinaciones, en fin...me muero de miedo, ja ja ja.

Fantomas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Ya sabemos lo valiente que eres, cuando el papagayo payaso aquel dizque que te amenazo por telefono o no se que cuento, tu valentia si esta demostrada muy bien para vivir bien cobrando los dolares del negocio anticubano a traves de tus patrones el celebre batistiano CLC

Iliana Curra dijo...

Escribes igualito que la puta de Cubanuestra...igualito. Y preguntale a la yegüita esa si me volvió a llamar, y preguntale a la otra yeguaza si ha vuelto a molestarme con sus llamaditas amenazantes desde la oficina de Max Lesnick. Esos castristas sí que son unos pendejos todos.

Anónimo dijo...

Iliana, abogados con ellos, ya verás cómo se les caen los timbalitos.

Iliana Curra dijo...

Se cagan de miedo.