Reina Luisa Tamayo llega a Miami
JUAN CARLOS CHAVEZ
jcchavez@elnuevoherald.com
Con las cenizas de su hijo convertido en un símbolo de la lucha anticastrista, Reina Luisa Tamayo fue recibida como una heroína el jueves en Miami por una comunidad exiliada ansiosa de conocer a la mujer que durante el último año ha dado una denodada batalla a favor de la liberación de los presos políticos y el respeto a los derechos humanos en la isla.
“Le doy las gracias al pueblo de los Estados Unidos, al gobierno y a todas las personas que han luchado para que hoy, nosotros, nuestra familia, se encuentre en un país libre”, señaló Tamayo. “Esta madre, esta familia, va a continuar su lucha porque los Castro tienen que desaparecer. Asesinaron a Zapata quitándole el agua 18 días”.
Orlando Zapata Tamayo, un humilde boxeador y albañil, murió el 23 de febrero del 2010 tras una huelga de hambre de 85 días en reclamo de mejores condiciones carcelarias. Para quebrar su voluntad, las autoridades le negaron el agua por 18 días. Había sido condenado a 36 años de prisión por su pacífico activismo durante la ola represiva contra la disidencia conocida como la Primavera Negra del 2003. Su muerte produjo la mayor condena internacional que ha sufrido el castrismo en 52 años.
Un día después de darse a conocer su deceso, otro conocido disidente, Guillermo Fariñas, inició una huelga de hambre de 135 días en la ciudad central de Santa Clara. Este ayuno y la presión internacional llevó a la liberación de más de 100 presos políticos con la mediación de la Iglesia Católica. Excepto 12, los demás partieron al destierro.
A su llegada al Aeropuerto Internacional de Miami a las 5 p.m., sosteniendo el cofre con las cenizas envuelto en una bandera cubana, Tamayo, de 62 años, fue recibida por activistas de derechos humanos, líderes comunitarios y figuras políticas.
En medio de un riguroso cordón policial, Tamayo lanzó consignas por la libertad de Cuba y gritó dos veces: “¡Zapata vive!” Le acompañan además su esposo, José Luis Marino Ortiz, sus cuatro hijos, y otros siete familiares.
Tamayo destacó que se siente aliviada de traer a Miami las cenizas de su hijo, donde se le hará un monumento.
“Ahora descansan en paz y no como se encontraban en Cuba”, indicó.
En un gesto sin precedente, la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos Brigada 2506 anunció que habilitará un nicho para depositar las cenizas de Zapata en el Mausoleo de los Héroes de Bahía de Cochinos. Es la primera vez que este honor se confiere a un cubano que no haya pertenecido a la Brigada 2506, que trató de restaurar la democracia en Cuba en abril de 1961.
“Es un honor para nosotros tener las cenizas de este hombre enterradas con nosotros”, afirmó Félix Rodríguez, presidente de la Asociación. “Consideramos a Tamayo un héroe y patriota por enfrentarse al gobierno comunista de Cuba y luchar por la libertad”.
El mausoleo está ubicado en el Cementerio Memorial Park, 14200 SW 117 Avenue, en Miami. Las cenizas serán depositadas el 25 de junio, luego de una ceremonia en la sede de los Municipios de Cuba en el Exilio, 4620 NW 7 St., en Miami.
Miembros de las organizaciones anticastristas Vigilia Mambisa, Directorio Demócratico Cubano, Damas de Blanco y Exilio Unido ¡Ya! coincidieron en el aeropuerto. Entre las personalidades locales que acudieron se encontraban el representante republicano por Miami David Rivera y el presidente de la Comisión del Condado Miami-Dade, Joe Martínez.
Rivera dijo que la presencia de Tamayo fortalece al exilio y envía un mensaje de rechazo al gobierno cubano.
“Su llegada representa también la necesidad de muchas personas en Cuba que tienen que salir por la represión y que han sacrificado hasta sus hijos”, manifestó Rivera. “Es importante honrarla y reconocerla”.
De humilde origen campesino, Tamayo soportó los rigores de ser la madre de un disidente que se transformó en un ícono contra una dictadura de 52 años. En el oriental poblado de Banes, a 850 kilómetros de La Habana, tanto ella como algunos de sus familiares han sido agredidos física y verbalmente por agentes de la Seguridad del Estado y turbas progubernamentales. Fue arrestada en numerosas ocasiones y su hogar siempre estuvo ostensiblemente vigilado por las autoridades. Tamayo recibió los más duros ataques al tratar de visitar la tumba de su hijo en el cementerio local. También fue golpeada, escupida e insultada cuando marchó por las calles de La Habana durante la habitual caminata dominical de las Damas de Blanco. Su situación ha sido denunciada por importantes organismos independientes de derechos humanos como Amnistía Internacional.
A mediados de octubre, las autoridades le propusieron a Tamayo que abandonara la isla. Pero ella rechazó la idea del exilio forzado a menos que le permitieran viajar con las cenizas de Zapata. Al cabo de una tensa espera, durante la cual se recrudeció el hostigamiento oficial, el gobierno aceptó entregar las cenizas. El martes, los restos fueron exhumados en Banes y posteriormente cremados en La Habana.
En Cuba, la salida de Tamayo y su familia fue bien recibida por activistas y figuras del movimiento opositor interno. Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, afirmó que el viaje pone fin para Tamayo a una etapa marcada por el dolor.
“La muerte de su hijo fue muy triste y ciertamente Estados Unidos le otorgó refugio a ella y todo su grupo familiar con bastante generosidad”, anotó Sánchez.
Desde La Habana, Berta Soler, portavoz de las Damas Blanco, aseguró que Tamayo podrá hacer realidad muchos sueños que no pudo culminar en la isla por el acoso constante de las autoridades.
“Hemos sentido mucho dolor al ver partir a nuestra hermana pero a su vez hay alegría”, declaró Soler a El Nuevo Herald. “Ella es una mujer que ha defendido los derechos humanos y está preparada para la lucha pacífica”.
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