Del Mariel a Jimmy Carter.
Por: Manolo Pozo.
(1ra parte)
En el año 1980 llevaba ya varios meses en mi primera prisión política. Desde el Castillito de Boniato (Seguridad del Estado de Santiago de Cuba.) me trasladaron en la navidad de 1979 para el Típico de las Tunas, en la provincia de Las Tunas.
El Típico tenía en aquel entonces capacidad para 800 prisioneros; dos enormes galeras con literas de tres y dos pabellones de cubículos. Además de las celdas de castigo, ubicadas en el fondo del penal.
Ya en el mes de abril de 1980 la principal penitenciaria de Las Tunas encarcelaba la mayor población penal desde su construcción; llegó a tener más de 1500 presos en los días del éxodo del Mariel.
El 5 de abril 10,000 ciudadanos cubanos irrumpieron en la Embajada del Perú en La Habana, en un acto masivo de desespero con la idea de pedir asilo diplomático y de esta forma abandonar el país.
El asalto a la sede diplomática en este hecho récord y sin precedentes, enojó tanto al dictador Fidel Castro que anunció públicamente (en un histérico acto político) la expulsión del país de todos los desafectos, los vagos, la gusanera…, gritado así: ¡Qué se vaya la escoria! Vociferando a todo pulmón y en coro de multitudes. Recuerdo haber visto un periódico de la fecha, llegado a mi celda, con esa aparatosa consigna como titular de última hora: ¡Qué se vaya la escoria! En primera plana junto a una foto a toda página del Puerto del Mariel y cientos de embarcaciones varadas en la bahía.
Había comenzado la operación limpieza. La orden de Castro era revertir el bochorno de la embajada y las manifestaciones de disgusto público hacia él, por todo el engaño de sus logros y la fracasada revolución.
El mencionado comandante estadista se comió su mismo embuste y nunca calculó semejante respuesta del pueblo, de sus hombres nuevos, de sus viejos protegidos, de sus mujeres y niños. La rabia fue tanta que dejó las embajadas sin escoltas y habilitó el puerto de Mariel para embarcar a todos los que quisieran salir rumbo a Miami, Florida.
Estamos aproximándonos a otro aniversario de aquellos hechos, los más deplorables de cuántos hayan sucedido en 5 décadas de comunismo. El saldo que pagaron las familias y cientos de los que se revelaron en aquel tiempo le deja a la sociedad cubana un resquebrajamiento moral sin límites. La jugada del tirano no parece recordarse hoy.
La evidente vendetta por la “traición” de su pueblo destapó un ensañamiento popular en donde vimos a nuestra gente víctimas del más miserable de los gobiernos. Ataques físicos. Ofensas. Familiares despreciados por los suyos. Personas declarándose gay para obtener el salvoconducto (visa). Mítines de repudio. Absoluta mezquindad inundó la capital cubana (mayormente) en aquel evento de la embajada y el Mariel.
La limpieza se ordenó en las calles y también en las prisiones y centros psiquiátricos. Por haber estado en la mencionada prisión provincial –de mayor rigor- de Las Tunas, puedo describirles todo el proceso de intimidación de las autoridades para que los criminales y delincuentes en cautiverio se listaran en aquel éxodo hacia EE.UU.
Al tratarse de un plan desesperado fue más perverso el acontecimiento. Conocí a un joven que asesinó tres días antes de montarse en el autobús hacia el Mariel. Soy testigo de los desfalcos que le hacían los carceleros a los que se iban. Supe de muchachos a los que la policía amenazaban con sentencias mayores si no “aprovechaban” esa oportunidad. La mayoría de los que salieron del Típico ni tan siquiera estaban seguro para dónde iban. Muchos jamás habían pensado en irse de Cuba. Asesinos de la peor clase. Analfabetos, huérfanos. Hombres con hijos y matrimonios consumados, separados y/u obligados a largarse. El plan del tirano era definitivo. Y para ello contaba con la receptividad de su enemigo Los Estados Unidos y el entonces presidente Jimmy Carter. …
Continuará.
4 comentarios:
agente pozo, eso te lo mandan directamente desde la redaccion del granma?
Senor Pozo yo soy de Puerto Padre y estaba preso en el Acueducto cuando aquello. De alli no salio nadie porque era una prision militar yo estaba en el EJT. Pero se que del Anoncillo la prision provincial de Las Tunas sacaron a muchos presos en las guaguas para el mariel. Pero conozco un caso de mi pueblo, un muchacho menor de edad que estaba en el Anoncillo y que lo mandaron para aca sin el permiso de los padres. Yo conozco a la familia y estuvieron mas de 20 anos separados y por mucho tiempo pensaban que estaba muerto. Ahora viven en Tampa y tengo el telefono de ellos. Oigame lo felicito por esto que escrbio. Yo vine por guantanamo pero mi padre es del mariel.
Mi respuesta anónimo:Pregúntale a tus jefes; ellos saben más de mí que tú. Cuando contactes con ellos, pregúntale. Y te dije anteriormente: Avanza muchacho porque te veo sin empleo. Aunque me imagino que ni sueldo te pagan por esa ruín misión.
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Y sr. Ayala, un palcer saludarlo. Me alegra que haya entrado en este blog y que le haya gustado el artículo sobre esos eventos que resultaron en una afectación nacional. Y le digo que conozco la hermosa ciudad de Puerto Padre, su malecón y coincidí en el Tipico con algunos paisanos tuyos. Nunca estuve en otra prisión de laprovincia , pero sé de las prisiones que nombras. Y casos como el que mencionas sobran, pero lamentablemente muy pocos quedaron archivados o mencionados en estos años. Somos nosotros los encargados de eso. No deben olvidarse, de ninguna forma podemos seguir adelante sin remediar ese fisura que tuvo la dignidad nacional. Y comentándolo, darlo a conocer, repasándolo...empezamos. Si sigues participando me gustaría contactarte en Miami. Ahora estoy en Los Angeles. Pero pronto me acerco por allá. Y gracias de nuevo sr. Ayala.
DICEN QUE POZO ES GAY
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