ÉRAMOS POCOS Y PARIÓ GORBACHEV
No son malos, son víctimas
POR ESTEBAN FERNÁNDEZ
Hoy en día estamos sufriendo en el exilio las consecuencias de la campaña de “alfabetización” iniciada durante los inicios de la dictadura que no fue más que un adoctrinamiento masivo castrista que se extiende hasta la actualidad. Cantaban “Somos la Brigada Conrado Benítez”, e inculcaban la F de Fidel, la R de Raúl, la A de Almeida, la CH del Che...
No lograron a cabalidad el cometido: crear un hombre ciegamente fanático del régimen, esos son una minoría, lo que consiguieron fue formar un tipo confundido, ignorante de la realidad cubana e internacional. Mientras tanto, algunas cartas que llegan provenientes de la Isla están cargadas de faltas de ortografía. Después de 52 años de haber intentado introducirles en los meollos, con una hoz y un martillo, el “castro-marxismo-leninismo” lo que han logrado es meterles basuras y mentiras en sus cerebros. Quede claro que existen muchas excepciones, sobre todo los que tuvieron padres o abuelos inteligentes (en el caso de mi amiga Ibis García Alonso tuvo una gran abuela) que no permitieron que se tragaran el paquete.
Pero Gorbachev formó el lío de la Perestroika y la URSS se fue a la bancarrota. Se acabó el subsidio soviético a Cuba y al unísono comienzan las visitas a la Isla de los prósperos y alardosos cubanos exiliados, prácticamente restregándoles en sus caras la diferencia del “modus vivendi” en Cuba y en el extranjero. Ligaron un trágico parlé.
Aquella famosa frase del tirano: “Nos casaron con la mentira y nos obligaron a vivir con ella” se revirtió en su contra. El 80 por ciento del adoctrinamiento se fue para el carijo. Y decidieron poner pies en polvorosa. ¿Para donde? Para la tierra que les había inculcado que era el Imperialismo Yanqui el productor de todas las desgracias de nuestra nación desde antes de 1902. Y, ¿a reunirse con quienes? A mezclarse con “la gusanera inmunda, con el lumpen, con los batistianos, con los latifundistas”. Con los que desde el mismo Kindergarten, Pioneros y Camilitos, les habían dicho que éramos unos “lame botas del Norte revuelto y brutal”. Todavía muchos siguen creyendo eso y son alérgicos a nosotros.
Y, ¡se fastidió el exilio! Nos cayó carcoma. Aquellos desterrados monolíticamente anticomunistas y anticastristas se vieron infiltrados de gente que no son “ni chicha ni limoná”, a los que todavía les queda por lo menos un 20 por ciento del adoctrinamiento inoculado.
Son los que si hablamos de guerra nos dicen que “es muy fácil hablar de lejos” y que por haber salido de Cuba debemos mantenernos callados e inactivos. Ellos, desde luego, no se sienten parte del destierro porque enseguida que tienen un chance regresan allá con vituallas hasta para el Presidente del Comité de su cuadra. Si les hablamos de las acciones del exilio histórico se burlan, y nos echan en cara que al gobierno cubano no lo van a tumbar de esa forma. Y, al contrario, si no participamos en ninguna guerra eso tampoco los convence y nos llaman “guapos de laptops o de computadoras”. Palos porque bogas, palos porque no bogas.
La experiencia de sus compatriotas que llevan medio siglo luchando contra el sistema implantado no cuenta para ellos. En lugar de contradecir lo que debían hacer es aprender y enterarse de lo que verdaderamente sucedió y sucede en nuestro país. Nos echan en cara: “Ustedes se fueron de Cuba, ustedes no saben nada de nuestra nación”... Y cuando les decimos: “Muy bien, perfecto, ilústrennos: ¿ qué pasó y que pasa en Cuba? En realidad lo único que saben es lo que sucedió en sus pueblos o en el barrio: que en Cuba escasea todo, que no hay futuro, que la caña está a tres trozos. Y yo los he escuchado decir que "allá vivían mejor que aquí". Algunos desertores ex oficiales de la Inteligencia cubana traen algunas informaciones (o desinformaciones) concretas. Esos si saben, pero a la mayoría de ellos yo los quiero a mil millas de mí.
Si usted les enseña una foto de Carlos Fernández Gondin -un ejemplo, entre cientos y cientos- a los cubanos de a pie no tienen ni la menor idea de que es el siniestro Vice Ministro del Interior, un monstruo que sostiene que sería capaz de matar a sus padres, esposa e hijos si es necesario por defender a los hermanos Castro.
Lo que debieran hacer es documentarse y quitarse del cerebelo el “fidelismo sin Fidel”. Y a todos los que han conseguido eso: sacudirse el adoctrinamiento y detestan y combaten al castrismo ahí les va un abrazo.
No son malos, son víctimas
POR ESTEBAN FERNÁNDEZ
Hoy en día estamos sufriendo en el exilio las consecuencias de la campaña de “alfabetización” iniciada durante los inicios de la dictadura que no fue más que un adoctrinamiento masivo castrista que se extiende hasta la actualidad. Cantaban “Somos la Brigada Conrado Benítez”, e inculcaban la F de Fidel, la R de Raúl, la A de Almeida, la CH del Che...
No lograron a cabalidad el cometido: crear un hombre ciegamente fanático del régimen, esos son una minoría, lo que consiguieron fue formar un tipo confundido, ignorante de la realidad cubana e internacional. Mientras tanto, algunas cartas que llegan provenientes de la Isla están cargadas de faltas de ortografía. Después de 52 años de haber intentado introducirles en los meollos, con una hoz y un martillo, el “castro-marxismo-leninismo” lo que han logrado es meterles basuras y mentiras en sus cerebros. Quede claro que existen muchas excepciones, sobre todo los que tuvieron padres o abuelos inteligentes (en el caso de mi amiga Ibis García Alonso tuvo una gran abuela) que no permitieron que se tragaran el paquete.
Pero Gorbachev formó el lío de la Perestroika y la URSS se fue a la bancarrota. Se acabó el subsidio soviético a Cuba y al unísono comienzan las visitas a la Isla de los prósperos y alardosos cubanos exiliados, prácticamente restregándoles en sus caras la diferencia del “modus vivendi” en Cuba y en el extranjero. Ligaron un trágico parlé.
Aquella famosa frase del tirano: “Nos casaron con la mentira y nos obligaron a vivir con ella” se revirtió en su contra. El 80 por ciento del adoctrinamiento se fue para el carijo. Y decidieron poner pies en polvorosa. ¿Para donde? Para la tierra que les había inculcado que era el Imperialismo Yanqui el productor de todas las desgracias de nuestra nación desde antes de 1902. Y, ¿a reunirse con quienes? A mezclarse con “la gusanera inmunda, con el lumpen, con los batistianos, con los latifundistas”. Con los que desde el mismo Kindergarten, Pioneros y Camilitos, les habían dicho que éramos unos “lame botas del Norte revuelto y brutal”. Todavía muchos siguen creyendo eso y son alérgicos a nosotros.
Y, ¡se fastidió el exilio! Nos cayó carcoma. Aquellos desterrados monolíticamente anticomunistas y anticastristas se vieron infiltrados de gente que no son “ni chicha ni limoná”, a los que todavía les queda por lo menos un 20 por ciento del adoctrinamiento inoculado.
Son los que si hablamos de guerra nos dicen que “es muy fácil hablar de lejos” y que por haber salido de Cuba debemos mantenernos callados e inactivos. Ellos, desde luego, no se sienten parte del destierro porque enseguida que tienen un chance regresan allá con vituallas hasta para el Presidente del Comité de su cuadra. Si les hablamos de las acciones del exilio histórico se burlan, y nos echan en cara que al gobierno cubano no lo van a tumbar de esa forma. Y, al contrario, si no participamos en ninguna guerra eso tampoco los convence y nos llaman “guapos de laptops o de computadoras”. Palos porque bogas, palos porque no bogas.
La experiencia de sus compatriotas que llevan medio siglo luchando contra el sistema implantado no cuenta para ellos. En lugar de contradecir lo que debían hacer es aprender y enterarse de lo que verdaderamente sucedió y sucede en nuestro país. Nos echan en cara: “Ustedes se fueron de Cuba, ustedes no saben nada de nuestra nación”... Y cuando les decimos: “Muy bien, perfecto, ilústrennos: ¿ qué pasó y que pasa en Cuba? En realidad lo único que saben es lo que sucedió en sus pueblos o en el barrio: que en Cuba escasea todo, que no hay futuro, que la caña está a tres trozos. Y yo los he escuchado decir que "allá vivían mejor que aquí". Algunos desertores ex oficiales de la Inteligencia cubana traen algunas informaciones (o desinformaciones) concretas. Esos si saben, pero a la mayoría de ellos yo los quiero a mil millas de mí.
Si usted les enseña una foto de Carlos Fernández Gondin -un ejemplo, entre cientos y cientos- a los cubanos de a pie no tienen ni la menor idea de que es el siniestro Vice Ministro del Interior, un monstruo que sostiene que sería capaz de matar a sus padres, esposa e hijos si es necesario por defender a los hermanos Castro.
Lo que debieran hacer es documentarse y quitarse del cerebelo el “fidelismo sin Fidel”. Y a todos los que han conseguido eso: sacudirse el adoctrinamiento y detestan y combaten al castrismo ahí les va un abrazo.
4 comentarios:
Rabieta de un exiliado resentido que solamente atina a escribir bobadas. Gente como esta seguramente va a quedar en el camino antes de que edifiquemos esa Cuba "con todos y para el bien de todos" que tanto anhelamos.
Por desgracia tiene mucha razón, a los que nacimos en ese sistema nos es muy difícil sacudirnos toda la basura que nos inculcaron, fácilmente desechamos lo mas evidente, pero igual nos queda mucho adoctrinamiento por dentro, cuesta tiempo y mucho trabajo aceptar que lo que creemos desde hace muchos anos pueda ser un error.
Pero y que me dice de los inmundos garcía que se han colado aquí y defienden descaradamente a su ídolo el moribundo? esos son mucho peores y no tienen justificación alguna.
No hay ningún resentimiento, es un realidad innegable. Y sobre Inmundicia, siempre ha sido un grand descarado vividor, un mercenario al servicio de quien le paga más.
Que bueno este articulo, cuantas verdades dice.
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